Kate Douglas es una luchadora nata. El cáncer le arrebató primero a su padre, en 1997, y menos de tres años después a su madre. Su perseverancia y sus ganas de vivir han hecho que, pese a todo, no pierda la sonrisa. La jugadora, nacida en Indiana, empezó en la liga norteamericana y en 2003 cruzó el charco para jugar en Europa. Primero lo hizo en Grecia y luego en Lituania. Desde octubre del 2007 defiende la camiseta del Ros Casares La alero recibió un premio de la fundación Jim Valvano por su perseverancia en la lucha contra el cáncer tras perder a sus padres por esta enfermedad -Dentro de poco cogerá un avión para irse a pasar las Navidades. ¿Dónde va? -Me voy a Indiana a disfrutar los pocos días de fiesta que tengo con mi familia y mis amigos de siempre.
-¿Y cómo lo celebra? -Estaré, sobre todo, con mi gente, que hace mucho que no nos vemos todos. Además, aprovecharemos para celebrar el Día de Acción de Gracias.
-¿Pero esa festividad no se hace a finales de noviembre?
-Sí, pero como no pudimos festejarlo, vamos a hacer una gran cena en la que estaremos todos. Me gustan este tipo de cenas porque podemos hablar, contarnos cosas...
-¿Y ya sabe algo de las costumbres de aquí por estas fechas?
-Algunas cosas, pero llevo muy poquito tiempo. A ver, dime cosas y te digo si las conozco...
-¿Sabe lo que es el turrón, lo ha probado alguna vez?
-(Ríe) No, no sé qué es. Creo que no he oído hablar de eso nunca.
-Es un dulce, muy típico de aquí.
-No, lo tendré que probar. Los dulces me gustan.
-Y los Reyes Magos, ¿sabe quiénes son?...
-(Ríe otra vez). No, no sé. ¿Qué hacen?
-Traen regalos, a los niños más que a los mayores. Una especie de Santa Claus. Pero el día seis de enero.
-Ah, entiendo, pero aquí he visto a Santa Claus también.
-Sí, lo celebramos todo.
-¡Qué curioso!
-¿Se ha adaptado bien a la vida en Valencia?
-Sí, la verdad es que es una ciudad muy bonita. Vine aquí a un equipo profesional, quería un cambio y estoy disfrutando mucho.
-Hizo un cambio muy grande al venir de Lituania a España, ¿no?
-Claro, el ambiente es muy diferente y otras muchas cosas también.
-Usted dijo que en que en Vilna, la ciudad donde jugaba, el baloncesto es un deporte muy importante.
-Sí, en Vilna, Lituania, este deporte se vive de una manera muy especial. Para ellos está la religión y el baloncesto.
-Y eso lo notará en los aficionados, sobre todo.
-Son diferentes pero ni mejores ni peores. También es cierto que, por ejemplo, allí la gente no sigue tanto el fútbol como en España.
-Y con sus compañeras, ¿cómo se lleva?
-Se han portado muy bien conmigo. Me han tratado genial.
-Estará contenta con la temporada que está realizando el Ros.
-Sí, por supuesto. Lo estoy pasando muy bien aquí.
-Y de la ciudad, ¿qué es lo que más le gusta?
-No sabría decirte un lugar exacto, además no salgo mucho. De fiesta no voy y para comer, siempre cocino yo. No suelo ir a restaurantes ni nada de eso. Normalmente me gusta quedarme en casa.
-Ah, ¿le gusta cocinar?
-Sí, y lo hago bastante bien.
-¿Sabe hacer algún plato típico de aquí?
-No, nunca me he animado a preparar ninguno.
-¿Por qué?
-En realidad porque nadie me ha enseñado, no sé cocinar nada de España. Pero supongo que iré aprendiendo.
-Su marido es también su representante, ¿cómo se lleva?
-(Ríe) La mayoría de veces bien. Pero en algunas ocasiones es un poco complicado separar la parte profesional de la personal.
-¿Jugará en verano en la WNBA?
-Claro, ¿por qué no? Me hace mucha ilusión. Si no pasa, nada allí estaré.
-Hace pocos años perdió a sus padres. Tuvo una gran crisis pero consiguió salir adelante.
-La verdad es que lo pasé muy mal. Dejé la universidad pero gracias a la fundación Jim Valvano pude seguir adelante. Me animaron mucho y me dieron fuerzas. Volví a hacer, más o menos, mi vida.
-Además se le reconoció todo el esfuerzo que hizo con una mención especial de esa fundación.
-Sí, me dieron una especie de premio por mi perseverancia después de pasar estas tragedias personales.
-Es usted una persona muy valiente.
-La fundación Jim Valvano es una de las más conocidas en los Estados Unidos. Luchan mucho para conseguir acabar con el cáncer. Trabajan para ayudar a las personas enfermas y a sus familias. En esta vida hay que luchar y no hay que dar nada por perdido.
-Por supuesto. Que tenga buen viaje.
-Muchas gracias. Y Feliz Navidad.
LOURDES MARTÍ lasprovincias.es |