Un arranque de calidad en diez minutos de inspiración al regreso del vestuario permitió a las leonesas del CB San José cerrar con un buen sabor de boca el año 2007. El Burgos no fue rival en ningún momento y las de Estrada sacaron adelante un encuentro que les permite seguir a la estela del Ros Casares y el Salamanca. El de ayer era el típico partido de fin de año. El equipo más potente, el leonés, con la cabeza camino del aeropuerto para coger las vacaciones y el débil, en un constante querer y no poder para no perder la estela de un CB San José que a base de tirones, de dominar el rebote ofensivo y de defender fuerte, amenazaba con romper el encuentro en los últimos minutos del primer cuarto. No iba a ser así porque las burgalesas, a base de entrega, volvían a meterse en el choque viviendo entre los tres y cinco puntos de desventaja que les permitía soñar con un triunfo que por la distancia de calidad que se apreciaba entre ambas escuadras se antojaba imposible. Así iba a ser. El regreso tras el descanso marcó la escapada definitiva de las leonesas en cuanto rompieron la defensa visitante firmaron un parcial de 21-7 que evita más comentario. Nadie podía con la velocidad de Liron Cohen y Anna Gómez, ni con la puntería de Allison Feaster. Como dentro de la zona, la diferencia de peso y centímetros era insuperable, el leonés Tito Sobrín se veía impotente para enderezar el rumbo. Con las diferencias caminando hacia los 30 puntos, el CB San José levantó el pie del acelerador, Miguel Ángel Estrada dio minutos a sus 'secundarias'. El resto se relajó un poco y eso permitió que el Arranz, con Baranovic y Miller como únicos estiletes, recortaran un poco su desventaja, aunque mucho tendrá que trabajar Tito Sobrín para reconducir una nave que ha tomado con demasiadas vías de agua. Miguel Ángel Estrada, el entrenador del CB San José festejaba la victoria en un encuentro al que tenía bastante miedo, no tanto por el rival cuanto «porque hay cuatro jugadoras que se van ahora mismo y tenía miedo a la relajación. En el descanso estaba el partido casi igualado, pero lo hablamos en el vestuario. Ajustamos as cosas y sacamos adelante un partido con trampa porque Burgos es un equipo incómodo que notará el trabajo de Tito Sobrín y estoy seguro que va a salvarse» señalaba Estrada a quien no le preocupa que se le siga atragantando la zona rival «porque hacemos buenos tiros contra la zona, pero no están entrando. Me preocuparía no crear esas situaciones de tiro, pero eso lo estamos haciendo bien. la-cronica.net |