El Mann Filter Zaragoza se despidió de su afición esta temporada con un partido sin historia en el que el Ciudad Ros Casares impuso su gran potencial para vencer con claridad (72-85) en un partido que quedó decidido al descanso

El encuentro, que era intrascendente tanto para las locales, con el objetivo de la salvación conseguido, como para las visitantes, que tienen asegurada la primera plaza de la liga regular, no tuvo otra historia que la gran superioridad visitante que demostró que el varapalo sufrido la pasada semana al perder la final de la Copa de Europa no ha dejado ningún tipo de secuela.

Desde el inicio el equipo valenciano se tomó el encuentro muy en serio y ni mostró relajación por enfrentarse a un rival teóricamente inferior ni desánimo por la derrota frente al Spartak de Moscú.

Muy al contrario, salió tan concentrado como enrabietado y ante un Mann Filter que intentó poner velocidad, pero que pecó de poca precisión y que cometió muchos errores en ataque, fue aumentando las diferencias hasta que al descanso se llegó con 24 puntos de ventaja (26-50), la máxima hasta ese momento.

Con todo decidido la segunda mitad fue un mero entrenamiento con público en el que el conjunto visitante se acabó llevando el encuentro con gran facilidad.

El Ros Casares llegó a alcanzar hasta 29 puntos de ventaja tras el descanso pero la relajación, unida a que el conjunto maño nunca tiró la toalla y siempre luchó por lograr un resultado mejor, supuso que al final el resultado fuera más que aceptable para las locales, tal y como había transcurrido el encuentro

EFE