Hondarribia-Irún certificó ayer la clasificación para los octavos de final de la
Eurocup femenina al remontar los tres puntos de desventaja que una semana antes
se había traído de Sofía. Para ello, las de Jon Txakartegi tuvieron que volver a
remontar un partido que en el segundo cuarto pintaba muy mal, ya que llegó a ir
perdiendo por 16 puntos, lo que colocaba a las guipuzcoanas a 19 del objetivo de
la clasificación. Sin embargo, y como sucedió ante el Rivas la semana pasada ó
ante el Barça en la Copa, las hondarribiarras fueron capaces de sobreponerse a
las adversidades y darle la vuelta a un partido y a una eliminatoria que
parecían perdidos.
Hondarribia-Irún salió algo distraído al partido y un
dos más uno y un triple de Cirov dieron la primera ventaja al cuadro búlgaro
(1-6). No obstante las locales reaccionaron y comandadas por la brasileña Iziane
Castro endosaron un parcial de 11-0 que provocó que por primera vez las de
Txakartegi fueran por delante en la eliminatoria (12-6), pero que
Hondarribia-Irún no estaba metido en el partido se veía en su defensa, lo que
unido al extraño arbitraje, sobre todo del holandés Van Slooten, provocó que las
locales encajaran un parcial de 2-12 que permitió a las búlgaras llegar al final
del primer cuarto con ventaja en el marcador (14-19). Mención especial para
Cirov, autora de 13 tantos en este periodo.
El arranque del segundo
cuarto no fue mucho mejor y el parcial de 2-12 se estiró hasta un 4-22 que ponía
al CSKA de Sofía con una ventaja de diez puntos (16-26, m. 13). Ana Suárez, que
tuvo que jugar muchos minutos como base debido a que Antoja no estaba recuperada
al cien por cien, no daba con las claves para descifrar la defensa búlgara.
Además, sólo Castro aportaba en ataque, ya que Page y Mujanovic bastante tenían
con preocuparse de las decisiones de Van Slooten, que se cebó sobre todo con la
norteamericana, que llegó al descanso con tres personales.
Con este
panorama el partido y la eliminatoria siguieron cogiendo muy mala pinta para las
locales, que tocaron fondo cuando a 1'45'' para el descanso se vieron 16 puntos
abajo (25-41). Un tiempo muerto de Jon Txakartegi y dos canastas de Castro y
Mujanovic permitieron al Hondarribia-Irún coger algo de aire antes del descanso.
En las gradas, preocupación y enorme pitada hacia los colegiados.
Mayor
intensidad defensiva
En la reanudación, se vio a otro Hondarribia-Irún,
pero también otro arbitraje. Éste quizás más lógico, ya que tuvo cierto color
local, algo habitual cuando se disputan este tipo de partidos. Tres canastas
consecutivas de Castro, Hlede y Page pusieron a las guipuzcoanas a seis puntos
(35-41). Boshkov, técnico del CSKA de Sofía, se vio obligado a pedir tiempo
muerto para intentar frenar las salidas locales. La decisión tuvo su efecto y
las búlgaras consiguieron contener el desatado ataque que lideró una
espectacular Korie Hlede -19 puntos en la segunda parte-. Ana Suárez situó al
hondarribia-Irún a cuatro puntos con apenas seis segundos para llegar al final
del tercer cuarto. Un tiempo que fue suficiente para que Tanja Cirov cogiera el
balón y desde ocho metros y en carrera anotara su tercer triple del partido,
elevando a siete la renta visitante (46-53).
Había que remontar diez
puntos si se quería estar en octavos y Hondarribia-Irún lo consiguió en un
emotivo tramo final. Con Hlede como punta de lanza y con Page fajándose en el
rebote, las locales se pusieron por primera vez por delante a 4'50'' para el
final (63-62). El CSKA estaba ciego. La defensa de Hondarribia-Irún se convirtió
en un muro infranqueable y así hasta cuatro ataques consumió el equipo equipo
búlgaro para conseguir lanzar a canasta. Para colmo, ni tan siquiera en los
tiros libres encontraron la solución las visitantes para impedir su
eliminación.
Dos canastas consecutivas de Korie Hlede pusieron a
Hondarribia-Irún con siete puntos de ventaja (69-62) con un minuto y medio por
jugarse. El siguiente ataque Johnson sólo acertó con uno de sus tiros libres y
tras fallar el Hondarribia-Irún su penúltima posesión, el CSKA disfrutó de un
balón para con un triple forzar la prórroga. Cirov, su mejor jugadora ayer de
largo, lo intentó, pero el balón se salió de dentro para alegría local. Hlede
capturó el rebote, cedió el balón a Castro que en pleno delirio local y con la
clasificación ya en el bolsillo puso el broche de oro anotando un triple desde
nueve metros, provocando el estallido final y la locura en una afición entregada
a su equipo.
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