El Universitario no vende humo. La permanencia se ha tornado en estas últimas semanas, en un objetivo cada vez más lejano pero, aún así, mientras que matemáticamente albergue la más mínima opción de salvar la categoría, el conjunto departamental está dispuesto a aferrarse a ella. Así afronta su ya enésima final, apenas sin crédito y consciente de que, según cómo se den los resultados de sus rivales directos, caer esta tarde ante el Cajacanarias podría suponer el adiós definitivo a la máxima categoría. Ya no es tiempo de cautela, de especular o dosificar. Si el grupo ferrolano quiere demostrar que su paso por la máxima categoría no ha sido estéril, es el momento de sacar la casta A las pupilas de Miguel Maseda le quedan pocos argumentos, pero alguno pueden esgrimir aún en la visita de un equipo que, por potencial, debería estar situado muy por encima de la octava posición que ahora ocupa. A pesar de vencer en dos de sus últimos tres partidos, el cuadro canario ha tenido que pagar a lo largo de este ejercicio un duro peaje en forma de lesiones, la última, la de Mar Xantal. Las bajas puntuales de algunas jugadoras han impedido dar continuidad a un grupo que llegó a encadenar en los últimos meses hasta seis derrotas consecutivas. Y claro, tal y como están las cosas, con todos los equipos apretando en esta recta final, ha visto como las escuadras de abajo se le echaban encima haciendo incluso peligrar su concurso en los play-off. Como si de los Diez Negritos se tratase, el técnico Maikel López ha ido perdiendo efectivos por el camino y en las últimas jornadas ha salido adelante apenas con seis jugadoras. Esa carencia es, precisamente, uno de los pocos argumentos a los que el Universitario pretende aferrarse. Cargar el juego interior y buscar las personales de las jugadoras altas de su rival será prioritario para el grupo departamental que debe imponer un ritmo de juego trepidante para intentar ahogar a un adversario sin rotaciones. Una tarea complicada a todas luces pues entre las principales virtudes del Cajacanarias está contar con jugadoras veteranas, muchas de ellas internacionales, especialistas en llevar el partido al terreno que más les conviene. Correr cuando hace falta y dormir el juego si es preciso. No sólo eso. El rendimiento de su tripleta exterior, y la aportación de Montesdeoca y Mayer abajo dan al Cajacanarias un equilibrio demoledor. Al menos, a Miguel Maseda le queda el consuelo de ir recuperando poco a poco a todas aquellas jugadoras con problemas físicos en las últimas jornadas. Las dos más graves , Rodionova y Sofía Ramalho, están casi al mismo ritmo que sus compañeras. Así, la pívot ucraniana, que ante el Celta jugó con mucha precaución y a cuentagotas, ha entrenado con relativa normalidad esta semana y podrá participar más en el juego del equipo. La base lusa, por su parte, también está prácticamente restablecida de la contractura sufrida hace quince días. Dos noticias inmejorables pues si algo necesita el Universitario es sumar esfuerzos y que todos remen en el mismo sentido diariodeferrol.com |