Hace 20 años que hizo su maleta y se fue de casa. De Vitoria a Oviedo, de Oviedo a Burgos y de allí a León pasando por Salamanca donde ha echado raíces hasta convertirse en una leonesa más. Isabel Fernández, para el mundo del baloncesto Moses, vivirá este viernes un día muy especial. Después de dos décadas regresa a casa para dirigir por primera vez un partido de categoría sénior, el que su equipo, el Aros León Cuna del Parlamentarismo, disputará en Mendizorroza ante el Araski de su Vitoria natal.
En Vitoria empezó a amar el baloncesto en el Hogar San José, en la capital alavesa empezó a entrenar en la Ikastola Olabide, y de allí se fue para tratar de hacer carrera en el baloncesto como jugadora. Un año en el Universidad de Oviedo en el que rozaron el ascenso; tres en Burgos a las órdenes de uno de los grandes entrenadores del baloncesto leonés, Tito Sobrín; tuvo su oportunidad en Salamanca y finalmente en León donde jugó en el Universidad de León a las órdenes de Moro antes de colgar las zapatillas después de una aventura breve en Plasencia.
El resto de su carrera es más conocida. En 1996 habían fundado el Aros y un año después, ya plenamente asentada en León, entró en el club de la misma manera que hace todas las cosas, con el trabajo y la implicación por delante.
Empezó dirigiendo un equipo cadete de Provincial con Pili León a su lado en el banquillo, siguió entrenando equipos de base y demostrando su implicación con el CB Aros hasta que en 2001, cuando el club ya tenía formadas jugadoras en su cantera para jugar en categoría sénior, inscribieron su primer equipo en Segunda División jugando aquel año la fase de ascenso en Villagarcía de Arosa, ya con ella en un banquillo del que sólo se ha apartado un año que tomó las riendas Bea Pacheco.
Después de toda esa carrera, en Vitoria vivirá un partido muy especial. "Es una locura. Mi madre me llamó que necesitaba 23 entradas. Son muchos años, mi familia está allí, amigas de la infancia... y a Vitoria volví para enfrentarme al Gasteiz poco después de irme a jugar fuera, pero como jugadora. Ahora vuelvo en el banquillo de un equipo en el que he hecho casi toda mi carrera como entrenadora y no puede ser un partido más. En el recuerdo están los años en los que empezaba a jugar siendo una niña, los recuerdos del primer equipo que dirigí en la ikastola, y hasta el momento en el que decidí hacer la maleta e irme sin imaginarme que iba a hacer mi vida en otra ciudad como León en la que me siento una más por implicación y por el cariño que recibo de todo el mundo", explica Moses que quiere ganar en Vitoria para seguir ayudando a escribir la historia de un equipo que nació de la modestia y que con el trabajo de cantera como seña de identidad, quiere estar este año entre las cuatro primeras al final de la temporada para pelear por el ascenso a la máxima categoría nacional, un sueño que parecía imposible, aunque no debiera ser algo imposible para un club que ha formado a más de una decena de internacionales con la selección española.