-Preparación completada, ¿cómo llega España al Mundial?
Bueno, yo creo que el equipo llega con muy buenas sensaciones y preparado para competir en cada partido. Creo que hemos hecho un buen trabajo durante todo este mes y ahora tenemos que reflejarlo durante todo el Mundial.
-Un año después del éxito en el Europeo de París, ¿en qué ha cambiado este equipo?
Yo diría que ha habido, por diferentes circunstancias, unos retoques en algunas posiciones con respecto al año pasado. Pero para mí el bloque y la esencia del equipo sigue siendo la misma que había antes y eso es muy importante.
-¿Qué grado de inicidencia tendrá su trabajo en la actuación de la selección en Turquía?
Mi trabajo consiste en conseguir que cada jugadora llegue en el mejor estado de forma posible al inicio del Mundial y mantenerlo cada partido. Pero no creo que se pueda medir en porcentajes. Cada miembro del cuerpo técnico tiene su parcela y su responsabilidad y cada uno pone su granito de arena para alcanzar el objetivo que todos queremos: ganar.
-La labor de un preparador físico en la élite supone mucho más que diseñar y dirigir ejercicios mecánicos. Descríbanos en qué consiste exactamente...
Es complicado explicarlo de manera resumida. Mi trabajo consiste en individualizar el trabajo de cada jugadora teniendo en cuenta sus características físicas, su posición en el campo, su estilo de juego, etc. Todo este plan de trabajo individualizado se ha llevado a cabo durante todo el verano y controlado durante las mini-concentraciones que teníamos planificadas y que nos permitían evaluar el estado de cada jugadora a través de pruebas físicas y médicas. Al final durante esta última concentración mi trabajo consistió en que cada jugadora afinase su estado de forma al máximo y llevar un control de cargas también individualizado.
-Usted es además bien conocido por sus dotes de psicólogo y forjador de grupos...
Bueno, yo lo que intento, en primer lugar, es ser lo más profesional que puedo en mi trabajo y después me gusta que las personas que están a mi alrededor se encuentren lo mejor posible. Me considero una persona de carácter tranquilo a la que le gusta mucho sonreír y reírme todo lo que puedo. Y a su vez intento que, allá donde estoy, todos los que están a mi lado también sonrían y se rían mucho. No sé si la palabra es psicólogo, forjador de grupos o payasete -se echa una carcajada- pero es mi forma de ser y me sale de manera espontánea.
-Acaba de ser padre por primera vez, y ya lleva un largo mes alejado de su familia. ¿Cómo lo lleva?
Pues antes de venir pensaba que iba a ser bastante duro y difícil alejarse en estos momentos de mi novia Kinga y de Alice, mi hija recién nacida. Y efectivamente lo es? De todos modos me había preparado de alguna manera para ello porque sabía desde hace tiempo que iba a ser así. Además el hecho de poder utilizar la tecnología actual me permite ver cada día un ratito a ambas y es casi como si estuviera con ellas. Eso lo hace mucho más llevadero.
-Todo un sacrificio a nivel personal ¿Se ve recompensado con una medalla colgando al cuello como hace un año en París?
-¡Pues claro que sí! ¿Una medalla? ¡Donde hay que firmar?! Mira, te diría que es un privilegio realizar este sacrificio. Amo el baloncesto, me encanta mi trabajo y poder vivir desde dentro un Mundial o un Europeo es una gozada. Además sé que en un futuro próximo mi hija estará orgullosa de su papa y pensar eso me hace muy feliz
Pablo Penedo
lavozdegalicia.es