En su corta existencia, al Tenerife Isla Única le tocó vivir una temporada sumamente convulsa este año. Un error a la hora de inscribir al club propició que el mismo no pudiera recibir las subvenciones esperadas, lo que ha derivado en que, a día de hoy, la posibilidad de competir en Liga Femenina 2 sea una utopía.
El problema de la inscripción en el Registro de Entidades Deportivas del Gobierno de Canarias nace en verano de 2012, con la creación de la entidad. A pesar del tiempo transcurrido, dicho problema no se ha subsanado y eso ha provocado que el club no haya podido recibir el dinero público esperado.
Ese error, surgido con José Miguel Galarza como presidente del club, fue aprovechado por el Insularia, un club virtual que trató de posicionarse como verdaderos poseedores de la entidad en la persona de sus directivos. Todo ocurre a mediados del pasado mes de octubre, ya con la temporada empezada, lo que trastocó aún más los planes de la entidad.
Sorprendentemente, y a pesar de las múltiples reuniones mantenidas, la Dirección General de Deportes, con Ramón Miranda a la cabeza, no ha podido encontrar una solución a este conflicto, lo que provocó que el club mantuviera penurias económicas toda la campaña.
El Isla Única tuvo que echar mano de compromisos personales de directivos y colaboradores del club además de generar algunas ayudas de empresas privadas para conseguir acabar la temporada de la mejor manera posible, reconociendo el club que mantiene deudas por la situación anteriormente citada.
Acabar con las deudasCuriosamente, uno de los compromisos a la hora de lograr la fusión entre el Uni y el Isla de Tenerife que dio como resultado el Isla Única, era la de conseguir acabar con las deudas de ambos clubes.
Con Ricardo Melchior en la presidencia del Cabildo, los dos clubes femeninos llevaron a cabo una fusión que se tildó de modélica por la gran mayoría de actores del baloncesto insular, a pesar de que la misma naciera torcida en algunos aspectos importantes, como la de abonar las cantidades adeudadas para que la nueva entidad partiera de cero en lo económico y tener así más posibilidades a la hora de poder desarrollarse.
Al no llevarse a cabo este importante punto, el club comenzó a sufrir los problemas económicos conocidos, de los que los directivos del Insularia, con Andrés Alonso a la cabeza, dijeron poder solucionar si eran ellos los que se hicieran con las riendas de la entidad.
Pero nada de eso ocurrió. El problema burocrático no se ha conseguido resolver, el Gobierno de Canarias sigue sin dar una respuesta que solucione el problema y solo el Cabildo de Tenerife, mediante su Consejería de Deportes, ha tratado de resolver un problema que puede acabar con el baloncesto de Liga Femenina 2 en la Isla.
JOSÉ ANTONIO FELIPE
diariodeavisos.com