Nuestro primer equipo compitió sin complejos en la cancha de un Gernika Bizkaia que tuvo que esperar al último periodo para resolver un partido con aroma a Fase de Ascenso. Una vez más, la actividad defensiva fue determinante para competir de tú a tú ante uno de los mejores equipos de la competición. A pesar de la derrota, las nuestras salieron reforzadas de un choque cuyo resultado invita a soñar con metas aún más ambiciosas.
Decía Flaubert que si mirásemos siempre al cielo, acabaríamos teniendo alas. El domingo en Gernika, nuestro primer equipo demostró que a pesar de (¿o gracias a?) sus limitaciones, se puede proponer, ambicioso, llamar a las puertas del cielo. Pero éste debe esperar. Y es que el ímprobo esfuerzo de las nuestras no fue suficiente ante una de las mejores plantillas de Liga Femenina 2. Sus entusiastas alas crecen. Si razonan, no volarán jamás.
Insolentes. Así saltaron a cancha las de Antonio Pernas para inquietar, desde el salto inicial, a una abarrotada grada que minutos antes celebraba los éxitos más recientes de su primer equipo. Y así, tras un resuelto intercambio de golpes (que no canastas), se pusieron manos a la obra para desactivar el potente juego interior del conjunto vasco. Sólo las innumerables pérdidas de balón impidieron que la brecha que las nuestras abrieron en el marcador al final del primer periodo no fuese más extensa (8-15). Entonces reaccionaron las locales. Como si nadie se hubiese inmutado, las de Mario López castigaron a las nuestras con un implacable parcial de 10-0 que daba por completo la vuelta al marcador. Transcurridos seis minutos del segundo periodo, llegó la primera canasta de las nuestras, que recuperaron el impulso de la mano de una excelente circulación de balón. Con todo, seguían imponiéndose las defensas. Y a ellas, ataques mucho más elaborados. Las locales, incapaces de derribar el muro que las de Antonio Pernas levantaron sobre su mejor jugadora, se vieron de nuevo superadas por éstas, que antes del descanso volvieron a darle la vuelta al marcador (24-27).
Dicen que el ser humano casi nunca mira al cielo porque lo tiene siempre a la vista. Pero las nuestras, rara avis, se detuvieron a contemplarlo tras la reanudación. Precisamente porque se detuvieron, dilapidaron el 27-34 que al inicio del tercer periodo enmudeció las gradas de Maloste. La actividad defensiva de las nuestras desconcertó de nuevo a un Gernika Bizkaia que, tras un balsámico tiempo muerto, recuperó sus mejores sensaciones reencontrándose con su mejor jugadora, una de las más determinantes de Liga Femenina 2. Así, las locales comenzaron a abrir una importante brecha en el marcador que se mantendría, aunque muy tímidamente, al final del tercer periodo (44-42). Un inoportuno puñado de contratiempos castigó a las nuestras al inicio del último periodo, en el que Gernika Bizkaia amenazaba con sentenciar el partido (53-44). Pero nada más lejos de la realidad. A pesar de los incesantes problemas de faltas, las de Antonio Pernas mantuvieron la intensidad defensiva colocando un inquietante 61-59 que a punto estuvo de acabar con la imbatibilidad en Maloste de un Gernika Bizkaia que demostró por qué se encuentra entre los mejores equipos de LF2.
Mejor que levantar la voz, muchas veces es mejor reforzar el argumento. Y nuestro primer equipo logró, a pesar de la derrota, salir muy reforzado de una de las canchas más difíciles de la competición. El cielo puede (y debe) esperar.
NOTA: No así la clasificación, matemática, para la Fase de Ascenso. La victoria de Campus Promete en la cancha de Instituto de Fertilidad Air Europa clasificó a nuestro primer equipo para una Fase de Ascenso que ya conoce a los cuatro participantes del Grupo B. Fundal Alcobendas, Gernika Bizkaia, Campus Promete. ¡ENHORABUENA!
@AceroPereda