El periódico nacional La Vanguardia realiza una extensa entrevista a Amaya Valdemoro, internacional española en las filas del campeón de Europa, el Samara ruso. Valdemoro jugó cinco temporadas en la WNBA y ganó tres títulos con el Houston Comets, pero dice que en Rusia es donde mejor la han tratado.

Empezó a jugar al baloncesto a los 13 años en los infantiles del Tintoretto, un equipo de Madrid ya desaparecido. Con 15 se fue a Salamanca, al Halcón Viajes (ahora llamado Perfumerías Avenida), "con el que ascendimos de Primera B a Primera", y más tarde jugó en el Pool Getafe. Llegaron cinco temporadas en Estados Unidos, donde ganó tres títulos de Liga en la WNBA con el Houston Comets. Su paso por América, donde la Liga se juega en verano, lo compatibilizó con el Halcón Viajes. Desde el 2002 jugaba en el Ros Casares de Valencia. Amaya Valdemoro tiene 29 años y tras grandes éxitos con la selección española ha recalado en un equipo que, como ella, aspira a todo.

¿Por qué decidió ir a Samara?
En primer lugar, el Volga Burmash es el actual campeón de Europa y el que, en mi opinión, tiene un proyecto más consolidado. Es un club que no cambia tanto de equipo como otros, que mantiene a sus jugadoras.

De momento, ¿el futuro en las frías tierras rusas se ve con esperanza?
Sí, estoy bastante contenta, y ellos conmigo. Me han renovado el contrato para dos años más. Creía que Rusia iba a ser peor, pero no. Y especialmente me encanta cómo se ha comportado el equipo conmigo. Se han desvivido por darme cualquier cosa que yo necesitase. Me lesioné y pusieron todos los medios para que me recuperase, y además aceleraron la renovación por dos años más.

Ha impresionado a los técnicos. Dicen que es muy agresiva en ataque, como un volcán en la nieve.
La verdad es que me he adaptado bien al juego del equipo. La clave está en que no pierdo muchos balones, que no desaprovecho las oportunidades: todo lo que tiro lo meto; si diez, diez; si sólo dos, pues dos. Y eso resulta muy rentable para el equipo.

¿Cómo es la Liga rusa?
Es dura, especialmente porque los viajes son terroríficos. Ahora en diciembre comienzan los partidos con equipos que están muy lejos. Estoy temblando... En la Liga hay cuatro equipos que son buenísimos: el Dinamo de Moscú, el Spartak de Moscú, el Ekaterimburgo y nosotras. Cualquiera de ellos podría jugar en la Liga española y, no digo ya ganar, pero sí quedar bastante bien. Otra diferencia se encuentra en la forma de entrenamiento. Mientras que en España todo el día se está entrenando, aquí es menos duro, aunque se dedique la mañana a la técnica individual y la tarde a la táctica. Además, después del partido tenemos un día de descanso. Puedo decir que es aquí donde me han tratado mejor. En general he notado que en Samara hay más comunicación con las jugadoras, que el entrenamiento se planifica en función de nuestra forma física y que se nos pregunta cómo nos encontramos.

¿Qué aspiraciones tiene este equipo?
Hay que revalidar la Copa de Europa y optar a todas las finales, la Copa y la Liga rusas, la Copa de Europa y el Campeonato del Mundo.

¿Qué diferencias encuentra entre estas ligas europeas y la americana?
En Estados Unidos la Liga es más intensa, con más partidos, pero la mitad de corta. Aquí tenemos ocho meses de competición. Y luego tengo que jugar con la selección. Al final, te pasas todo el año fuera de casa.

feb.es