"Botar es casi lo primero que hice cuando aprendí a andar", recuerda Silvia Domínguez en el pasillo de los vestuarios del Palau Blaugrana 2. Y sonríe, porque se imagina cómo fue el primer día que lo hizo. Su equipo, el Estudiantes, acaba de perder ante el UB Barça, donde se formó durante cinco años. Silvia Domínguez ha vivido mucho en sus 18 años de edad (Foto: Toni Delgado)
18 años, carita de inocencia e ideas de vida. Ya tiene una Liga, siete Campeonatos de España en diferentes categorías, un segundo puesto en el Europeo júnior de Bratislava, un quinto lugar en el Mundial sub 19 de Túnez... Muchas imágenes para esos tímidos números que sintetizan su existencia. Desde hace un año y tres meses, Silvia Domínguez vive en Madrid, a 600 kilómetros de sus padres, de sus amigos y de su hermano, la persona que le enseñó a amar el baloncesto. A finales de mayo de 2004, decidió aceptar el reto que le ofrecía Adecco Estudiantes: tener bastantes minutos en Liga Femenina, ser una jugadora importante. "Algo que es fundamental para cualquier jugadora joven. Pero cada vez es más complicado para las más inexpertas jugar en la máxima categoría", resume. La distancia le ha ayudado a saber valerse por sí misma. Jugar con mayores le ha hecho aprovechar al máximo su velocidad y sus reflejos para camuflar sus 1,65 m. Su próximo objetivo es disputar la Copa de la Reina de León. ¿El futuro? Le gustaría jugar en la selección, volver al UB Barça y seguir los pasos de las Amaya Valdemoro, Núria Martínez o Isa Sánchez y participar en la WNBA. Pero Silvia Domínguez prefiere no fantasear ni ponerse camisetas antes de tiempo, ya que asume que "aún me queda mucho por dar y todavía más por aprender. Hay que ir poco a poco". Tres victorias en los tres primeros partidos. Desde entonces, tan sólo habéis conseguido un triunfo. ¿Qué crees que le pasa al equipo? Nos enfrentamos a los dos equipos que acababan de ascender (Cadí La Seu d'Urgell y Universitario de Ferrol). Los ganamos en el mejor momento, cuando todavía no habían podido adaptarse a Liga Femenina. Ahora nos está costando un poco: no jugamos bien en casa, acusamos el cansancio físico... Somos un equipo pequeño y aunque lleguemos al último cuarto con opciones ante equipos grandes, no podemos evitar su último impulso. Somos inferiores físicamente. La competición está más igualada que nunca. ¿Te ves en la Copa del Reina de León de enero? Bueno, para eso tenemos que ganar, como mínimo, dos de los tres partidos de este año. Y dos son contra los poderosos Ros Casares y Hondarribia Irún. Si conseguimos superar a uno de estos dos y al Puig d'en Valls en Ibiza, estaremos en la Copa Con 18 años tienes una Liga y eres la base titular del Adecco Estudiantes. ¿Te lo esperabas? La verdad es que no. La Liga Femenina cada vez es más inaccesible para las jóvenes, ya que los equipos se fijan demasiado en las extranjeras. Si tienen buenos patrocinadores, pueden apostar por un grupo fuerte y con experiencia. Para las jóvenes es muy difícil llegar, aunque lo hayan hecho muy bien en categorías inferiores. Para mí estar en un equipo de Liga Femenina y estar jugando muchísimos minutos es algo muy importante. Es lo que necesita una joven. ¿Tienes la impresión de haber vivido demasiado para la edad que tienes? El hecho de jugar siempre en equipos de categorías superiores quizás te hace vivir más cosas. Cuando he llegado a sénior me he acostumbrado a jugar con gente mejor físicamente y que sabe más. Creo que he vivido mucho baloncesto, pero aún me queda bastante. Con 17 años abandonaste tu club de siempre, el UB Barça, para fichar por el Estudiantes. ¿Cómo pasaste los primeros meses en la capital? Muy bien. Era lo que yo quería. Deseaba estar en un equipo donde que jugara, no estar en un banquillo. Además tuve la suerte de que en Estudiantes me acogieran muy bien, tanto dentro como fuera de la pista. Es uno de los factores que me han ayudado a jugar mejor: si estoy fuera de la cancha bien, dentro todo es más fácil. ¿Cómo se lleva estar lejos de la familia y de los amigos? El primer mes es el más complicado, pero adaptarse es mucho más fácil si la gente te apoya. Ahora ya he aprendido a vivir así y podría vivir en cualquier ciudad. Afición, compañeras de piso... Sí, y gente que estás conociendo allí. Sobre todo me ha apoyado gente del club, tanto jugadoras como directivos. Allí todo el mundo está muy unido, no hay distancias. Sobrevivir te ha ayudado a crecer. Sí. Me veo más madura. Tuviste la opción de firmar por el Cadí La Seu d'Urgell. ¿Por qué no te quedaste en Cataluña y fichaste por ese equipo? Yo quería jugar en Liga Femenina. Quizás hubiese sido bueno, ya que en LF2 hubiera tenido muchos minutos, que me hubieran venido muy bien para mi formación. Pero me tiraba más Estudiantes, que ya se había interesado en mí un año antes. Eso me daba seguridad. Fue la bomba llegar allí. ¿Cómo es un día en la vida de Silvia Domínguez? Este año estoy haciendo solo las matemáticas de 2º de Bachillerato, ya que las suspendí. Dos días a la semana voy a clase, después tengo tiro con mi entrenador personal. Como, voy al físico, descanso un poco y vuelvo a entrenar con el técnico por la noche. Los otros días hago físico y técnico, sin clases. ¿Qué te gustaría estudiar? Quiero empezar psicología. Me gustó bastante como asignatura. La vida de la deportista es muy complicada. No podemos vivir sólo del baloncesto, por ejemplo. ¿Qué es para ti el baloncesto? Buff, todo. Es una cosa muy grande en mi vida. Sin él todo sería completamente diferente. ¿Quién te enseñó a amar este deporte? Mi hermano, que jugaba. Él me enseñaba y yo iba a verle a todos los partidos. Empecé a jugar en el colegio. Me acuerdo que mi entrenador les decía a mis padres que me aburría y empecé a jugar con chicos. Poco a poco fui creciendo. Creo que empecé a andar y lo primero que hice fue botar. Me encantaba, vamos. Hay gente que te compara con Sergio Rodríguez. ¿Cómo te definirías como jugadora? Algo me parezco. Creo que tengo buen manejo de balón y soy bastante rápida. Soy bajita, salto bastante y tengo que explotar mi rapidez. ¿Compararme con Sergio? No somos iguales, pero me gusta que me comparen con el mejor base europeo de su edad. Es un halago para mí. ¿Tienes ídolos? De pequeña, cuando jugaba en el Barça, Núria Martínez, ya que era la jugadora joven que jugaba en el sénior y que debutó en la selección absoluta siendo júnior. También me gusta bastante Allen Iverson, de los Philadelphia 67ers. El pasado verano, quinto puesto en el Mundial sub' 19 de Túnez. Un año antes, segundo lugar en el Campeonato de Europa. Del Europeo tengo un gran recuerdo. Nadie pensaba que podíamos llegar a la final ni tan siquiera la gente que había seguido nuestras evoluciones durante años. El objetivo era meternos en cuartos, ganar el cruce y conseguir una plaza para el Mundial de Túnez. Pero una vez que ves que consigues ganar las semis, empiezas a soñar. Perdimos la final ante Rusia, pero creo que lo celebramos más que ellas. Eso lo dice todo. MÁS PERSONAL
Aficiones. Leer y escuchar música, sobre todo el hip hop. "Me gusta leer un poco de todo. El año pasado mi profesora me regaló unos cien libros y voy escogiendo algunos para los viajes. No me gusta mucho la fantasía. Prefiero los temas de la vida real", comenta. Virtudes. Como persona, "alguien tendría que decirlo por mí". Mientras que como jugadora, "siempre me han dicho que soy rápida, explosiva y valiente a la hora de tomar decisiones en los últimos instantes de los partidos". Defectos. "En la pista que me precipito muchas veces, pero creo que eso va unido a mi juventud. A veces me reboto muy fácilmente (se ríe)". Una frase. "Más importante que ‘yo' es ‘nosotros'". Un partido. Una semifinal del campeonato de España de 2003 con el júnior del UB Barça en la que anotó la última canasta, la decisiva. También recuerda con especial cariño el partido de cuartos de la Copa de la Reina del año pasado ante el conjunto de Sílvia Font. "Estábamos súper motivadas ese día. Me encantaría repetir ese cruce este año", reconoce. Un recuerdo. La fiesta de despedida que le hicieron todos sus amigos de Barcelona cuando decidió fichar por el Estudiantes e irse a vivir a Madrid. Una persona. Sus padres y su hermano. Un quinteto de la Liga. De uno, Núria Martínez; de dos, Marta Fernández; de tres, Elena Tornikidou; de postes, Kelly Schumacher y Érika De Souza. Un lugar. La playa. Un deseo. "Meterme en la Copa de la Reina de este año". Un sueño. "Estar algún día en la selección absoluta. También me gustaría volver a jugar algún día en el UB Barça, pero creo que todavía quedan unos cuantos años para eso. Es un club exigente, es uno de los grandes. Necesita a gente con experiencia y yo no tengo la suficiente para dirigir a un conjunto tan importante hacia sus objetivos. Aún me queda para volver aquí". También le encantaría jugar en la WNBA, una "meta que está en la mente de cualquier jugadora". Toni Delgado García (solobasket.com) |