En apenas un año y medio en el baloncesto español Sofía Ramalho ha crecido a marchas forzadas tanto a nivel personal como deportivo. En Ferrol despuntó abanderando al Universitario en su ascenso a División de Honor. Pero la ratificación en la elite que buscaba en las filas del Mann Filter está resultando demasiado amarga. Cuestionada en sus funciones, la crisis del equipo zaragozano se ha cebado especialmente con ella.
Sigue siendo aquella chica tímida pero risueña y de trato amable que en septiembre del 2004 llegó a Ferrol, pero al otro lado de la línea telefónica la voz de Sofía Ramalho suena más apagada. Los últimos meses en Zaragoza han sido demasiado difíciles. Malos resultados colectivos, discreto rendimiento individual, falta de confianza por parte del técnico y críticas, muchas críticas, pusieron a la base lusa al borde del KO: Han sido unas semanas fatales, me hundí tanto que perdí las ganas y la ilusión por jugar , reconoce la jugadora que ahora, con la llegada de Pedro Martínez al banquillo del Mann Filter, comienza a ver la luz.
Con el presupuesto que maneja el Mann Filter verlo ahí abajo, sin ninguna victoria, ¿debe considerarse un fracaso? Es una escuadra hecha para estar arriba. Tenemos jugadoras buenas, pero fallamos como equipo. Nos falta consistencia y, o estamos mal en ataque, o lo estamos en defensa.
Esta debacle colectiva ¿se ha cebado especialmente en usted? La verdad es que al principio, cuando fiché, estaba muy ilusionada. Pero la posición de base es muy injusta y cuando las cosas no funcionan miran siempre para ti. Además, con el anterior entrenador, con Álex Cebrián, no tenía buen entendimiento. Me dijo que confiaba en mí, pero al final no fue así.
¿Lo ha pasado mal en este tiempo? Sí, mucho. Han sido meses muy malos, pero creo que también te ayudan a aprender y a formarte como jugadora y como persona. Pero ahora las cosas me van mejor.
¿Ve la llegada del nuevo entrenador, Pedro Martínez, como una segunda oportunidad? En parte sí. En Lugo me sentí mucho más motivada, pero después de todo lo que pasó todavía me cuesta un poco y no recuperé del todo la confianza.
Y a nivel de equipo, ¿cómo han reaccionado al cambio? Muy bien. Sólo ha pasado una semana y media, pero estamos entrenando mejor. Es cierto que no hemos tenido mucho tiempo todavía para trabajar. Ahora lo que nos hace falta es hacer equipo, piña, para ir para arriba definitivamente.
Una reacción que puede llegar, precisamente, ante su anterior equipo, el Universitario. ¿No la han llamado de Ferrol para decirle que esperen un poco para despertar ? (Risas) Sí, ya me han dicho que a ver si no despertamos justo para este partido. Pero nosotros estamos muy motivadas. Sabemos que para los dos equipos es muy importante. Nosotros para sumar el primer triunfo y el Universitario porque es una buena ocasión. La verdad es que me hace mucha ilusión jugarlo.
¿Mantiene contacto con la gente del Universitario? Sí, hablo mucho con Carla Freitas y también hablaba con Miguel Maseda. Además he ido de visita varias veces en lo que va de temporada.
Y en Zaragoza, a usted que lo conoce bien, ¿no le preguntan por el Universitario? No, el entrenador tiene los vídeos de los partidos anteriores y lo ha visto jugar. Pero es cierto que al haber otro técnico va a cambiar el equipo, será un poco sorpresa, porque no sabemos qué es lo que nos vamos a encontrar.
Y desde la distancia, ¿cómo ha vivido la crisis del cuadro ferrolano? Me mantienen muy informada. La verdad es que me alegro de que haya vuelto Miguel Maseda. Para mí es una persona muy importante que me marcó mucho como entrenador. Hablamos mucho y el domingo, al final del partido, volveremos a hacerlo.
Usted es una persona muy familiar. Cuando estaba en Ferrol los suyos venía regularmente a verla jugar. ¿Cómo lleva ahora la morriña? Bastante mal. Mis padres vinieron a principio de temporada, a los dos primeros partidos, pero después apenas nos vemos. Además, ahora, cuando tengo libre, no voy a casa, y aprovecho para ir a Ferrol para ver a mi novio. Pero ellos lo entienden perfectamente.
La puerta a un posible regreso no está entonces cerrada. No me importaría volver al Universitario. Cuando has estado bien en un sitio la puerta siempre queda abierta. Diario de Ferrol
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