Doce años después Miguel Méndez (Vigo, 1967) gana su segunda Copa de la Reina. En el 2001 lo había hecho con el Celta Bosco, su equipo de toda la vida. En el 2012 la consiguió con el Rivas madrileño, la alternativa del básquet femenino español de la mano del vigués. En medio, el pasado año queda una Final Four para enmarcar y once temporadas de supervivencia con las viguesas en la élite

Miguel Méndez es un proyecto del Bosco Celta 100%. En Vigo creció en un equipo que sigue burlando al destino para sobrevivir, pero al mismo tiempo percibió las ansias de cambio después de una década al frente del banquillo celeste. En verano del 2011 aceptó la oferta del Rivas para mudarse a Madrid.


 Era la primera vez que lo hacía a excepción de un efímero paso por Burgos. Irse al Rivas significaba abandonar la trinchera de la supervivencia para enrolarse en un proyecto ambicioso. El reto era goloso y peligroso a partes iguales, pero Miguel Méndez salió airoso. El primer año metió al equipo en la final de la Euroliga, un hecho insólito. Un año después ha sido capaz de darle un título de Copa de la Reina después de imponerse (82-63) en la mañana de ayer al Perfumerías Avenida, el último superviviente de la época de vacas gordas del baloncesto femenino español.


Asiduo en la colección de podios del baloncesto español a nivel de base en su papel de técnico de la FEB, Miguel Méndez siempre ha destacado por su capacidad de trabajo y por su lectura de juego. También por su capacidad camaleónica para adaptarse a todos los escenarios. Durante dos décadas sembró su futuro en la cancha de As Travesas. Ahora recoge títulos. La Copa de la Reina no será el último. La Liga también está cerca

X. R. Castro
lavozdegalicia.es