Miguel Maseda no promete milagros pero lo cierto es que el Universitario necesita como sea sumar una victoria sobre la que cimentar esta nueva etapa en la División de Honor. Enfrente, un Burgos, escocido tras su derrota ante el Yaya María, que quiere sacar tajada de la transición departamental Todavía en estado de shock tras la fulminante y repentina destitución de Armando Otero, el Universitario afronta el primero de los dos partidos que se había fijado como trampolín hacia la recuperación. El conjunto departamental recibe al Arranz Jopisa Burgos, con un potencial teóricamente inferior al de otros rivales con los que se ha visto la cara pero que, sin embargo, en las siete jornadas que van de competición ha demostrado una capacidad asombrosa para salir airoso de los peores trámites sentenció al Barcelona (80-61) a base de triples. Afortunadamente para el Universitario, la escuadra burgalesa tiene también un punto de anarquía que le ha acarreado algunos disgustos, como el sufrido la semana pasada en su feudo ante el Yaya María. Una derrota que espoleó al cuadro que prepara Alberto Ortego García, conjurado para sacar el máximo partido de su visita a un Universitario que esperan encontrar muy tocado física y mentalmente. Y sus reflexiones no son de todo desencaminadas. En el terreno psicológico parece una incógnita saber cómo responderá la plantilla a los últimos acontecimientos, pero de lo que no cabe duda es que los problemas físicos de varias de las jugadoras ferrolanas mermarán considerablemente el potencial del Universitario. Especialmente, en las posiciones interiores, en las que en principio cuenta con mayores carencias. Así, Elvira Fernández está totalmente descartada para el duelo debido a su fisura en la nariz, mientras que Elena Sánchez, aunque jugará, lo hará sin haber podido entrenar al ritmo normal durante parte de la semana. Asimismo, María Vilouta no está al cien por cien, pero también se vestirá de corto. Tampoco es que el Arranz Jopisa Burgos ande sobrado cerca de los aros. Benningfield y la eumesa Iria Villar son los principales argumentos que esgrime una escuadra en la que ni Ogochukwu ni Lecoutre acaban de cuajar. De hecho, la americana podría tener las horas contadas en el club. En compensación, Ortego ha encontrado en la belga Anke De Mondt a un auténtico filón desde el perímetro. La escolta ha explotado definitivamente y está viviendo su mejor temporada como profesional. Anota, rebotea, defiende y lucha, todo un lujo que, además, aparece cuando el equipo más lo necesita. Ella y Choche Alonso están siendo, sin duda, los cerebros de un equipo que tiene puesta su primera meta en alcanzar la Copa de la Reina. "¿El partido ante Burgos? No es lo que más me preocupa. Nos quedan 19 jornadas, cuatro meses de competición y esa es la distancia que queda por recorrer", afirmaba Miguel Maseda restándole importancia a lo que hoy se le viene encima al Universtiario: "Está claro que cuanto antes sumemos mejor, peor sobre todo hay que hacer que el equipo sea fuerte mentalmente" . M. L. F. diariodeferrol.com |