A veces, las formas duelen más que el fondo. Armando Otero se va triste del Universitario pero, sobre todo, decepcionado por cómo se ha producido su salida del club.

¯Es algo que puede llegar en un momento u otro pero, honestamente, no me olía nada. Hace una semana tuve una reunión con la directiva y me decían adelante pero al final no me han dado margen para intentar solucionarlo. Me duele que lo hayan hecho así, un miércoles. Si tienen la decisión tomada de antes, pues que no me hagan preparar ya el partido.

¯¿Se sentía capacitado para sacar al equipo de la zona baja?

¯Sinceramente sí. Hay que pensar que en estas siete jornadas hemos jugado contra varios equipos de arriba, pero ahora teníamos partidos contra rivales más de nuestra liga en los que creo que podíamos haber ganado alguno. Pero también entiendo que a lo mejor mi cese llega ahora precisamente por eso.

¯¿Cómo han llegado a esta situación?

¯Pues sencillamente porque la liga marca las diferencias y hay equipos que son mucho mejores. Entiendo que esto puede pasar, pero realmente me ha cogido tan de sorpresa...

¯¿Qué se lleva de esta experiencia?

¯No se si será la principal conclusión, pero sí he comprobado que entrenar a chicas es mucho más complicado que hacerlo con chicos. O quizás, sea complejo en un sitio como este, con muchas limitaciones y en el que hay muy poco margen para todo. Quizás habría que preguntarle también por la situación a quién hizo los fichajes, porque yo no soy el único responsable de eso.

¯¿Deja las puertas abiertas para regresar en el futuro?

¯Por mi parte creo que no. Las dejaría si el cese hubiese llegado de otra manera. Yo no puedo decir que sea mejor o peor entrenador, pero sí soy una persona seria en lo que hago y, como mínimo, quiero que sean serios conmigo y la verdad es que creo que no lo ha sido.

¯Y la plantilla, ¿qué impresión se lleva?

¯Se ha intentado vender que mi relación con la plantilla no era buena, pero hoy mismo me han llamado para invitarme a comer y despedirse de mí. Así que, salvo a lo mejor con una o dos jugadoras, la el trato con todas fue buenísimo. Puede que no sea un entrenador que dé palmaditas en la espaldas, pero a mí no me pagan por eso, sino por dirigir. Y lo que está claro es que las he tratado a todas igual. Y eso creo me lo agradecen.

Diario de Ferrol