En los últimos quince años, el Club Deportivo Bosco, conocido
baloncestísticamente en España y en Europa como Celta de Vigo, se ha
consolidado como un magnífico escaparate para todas las jugadoras que
han querido triunfar profesionalmente. Muchas de ellas ya eran estrellas
cuando llegaron a Vigo, quizás movidas por las buenas referencias del
cuadro vigués a nivel internacional. Otras alcanzaron su madurez jugando
en el pabellón de As Travesas y ahora rinden al más alto nivel, El
actual grupo, con presencia de varias canteranas, pretende seguir ese
camino si el club resiste.
Después de un tiempo en el oscurantismo,
la temporada 97/98 fue la del resurgir del Celta. Hasta cinco jugadoras
internacionales llegaban a Vigo de la mano de José Manuel Gómez Carballo
y Paco Araújo.
Laura Grande,
Paloma Sánchez,
Pilar Valero o
Mar Xantal
son algunas de las jugadoras nacionales que formaron aquel equipo. La
calidad de la plantilla aumentaba con la llegada de la internacional
letona Anda Jekabsone. El equipo continuó creciendo, y un año más tarde
llegaba la americana Chasity Melvin, que había jugado en la WNBA con las
Mystics. La década de los noventa finalizaba con dos campeonatos de
liga y un subcampeonato de Liga y Copa con Erika Dovobrica y Dale Hodges
como extranjeras del equipo.
Elisabeth Cebrián estuvo en aquellos
titulos.

El siglo comenzaba con un título de Copa conseguido en
Canarias y de nuevo con jugadoras internacionales de calidad como la
lituana
Ingrida Jonkute, la rusa
Elena Khoudachova o la croata
Razija
Mujanovic. El Celta volvía a ser uno de los equipos más queridos y
apreciados tanto a nivel nacional como internacional, de ahí que
siguieran llegando al equipo jugadoras internacionales, mientras que
otras daban el paso decisivo para llegar a serlo. Fueron los años de
Cindy Lima,
María Revuelto,
Cristina Cantero, Renata Santos, Sonja
Kireta o Emilija Podrug. En la temporada 2003/2004 el club tomaba
protagonismo ante la FIBA para hacerse con los derechos de la checa
Lucie Blahuskova, secuestrada por su club de origen y finalmente
liberada gracias a la presencia de Paco Araújo y el presidente de la
Federación Española, José Luis Sáez en Múnich. Blahuskova, afectada por
todo lo sucedido, no rindió al nivel esperado.
En los dos años
siguientes, el equipo volvía a ser el centro de referencia a nivel
europeo con sus fichajes. En la temporada 2004/2005 llegaban Leila de
Souza, que finalmente abandonó el club por problemas de comportamiento
siendo sustituida por su compatriota, también internacional, Soeli
Garvao, y la griega
Evanthia Maltsi. Evina fue una de las jugadoras que
dejó huella en su paso por el club vigués. De hecho, a día de hoy,
todavía se comunica con buena parte del cuadro técnico. Un año después
llegaban las internacionales Ana Perovic por Serbia, Ana Lelas por
Croacia y la WNBA Bridgett Pettis. En aquel grupo comenzaba a destacar
una joven Tamara Abalde que no tardó mucho tiempo en levantar vuelo
buscando retos mayores.

La temporada 2006/2007 fue la de la llegada
de, posiblemente, la jugadora que ha dejado una huella más profunda en
el baloncesto femenino vigués de los últimos tiempos,
Alba Torrens. La
mallorquina maduró jugando en As Travesas con el Celta y los aficionados
vigueses tuvieron la oportunidad de ver a la mejor jugadora europea de
la anterior temporada. Maja Erkic, Cintia Silva, Mel Bowman, Maja
Miljovic o Dragana Svitlica comenzaban a darle el toque juvenil a un
equipo al que también llegaba la hoy internacional
Laura Nicholls.
En
los últimos años, los aficionados celestes tuvieron la oportunidad de
ver a jugadoras tan importantes como Agne Abromaite, Blanca Marcos, Iva
Sliskovic, Egle Stankeviciene, Luisa Michulkova o, esta misma temporada,
a Demetress Adams, Aya Traore, Leonie Kooij o la internacional
brasileña Damiris Dantas.
Un año, este último, en el que el giro de
tuerca hizo debutar a tres jugadoras de la cantera del club,
internacionales con sus selecciones correspondientes, que a base de
trabajo han conseguido hacerse un hueco en la primera plantilla, Marta
Canella, Cristina Loureiro y María González Centeno. Elllas, sin
embargo, si nadie lo remedia, verán cómo se corta su trayectoria en Vigo
Raúl Rodríguez
farodevigo.es