Pocas jugadoras estaban tan comprometidas con el proyecto como su
capitana, a la que todavía le cuesta asimilar la desaparición del club.
Laia Palau, tras casi un mes dándole vueltas a todo lo sucedido y con un
futuro todavía por definir, habló con SUPER para explicarnos sus
sensaciones, sentimientos y lo que será su vida lejos ya de su amada
Ruzafa.
Imagino que ha sido un mes muy complicado para usted, pero
vayamos al principio. ¿Cómo se enteró de que el Ciudad Ros Casares
desaparecía? —Tuve una reunión con Carme Lluveras en
Barcelona a mediados de mayo en la que me explicó la situación, aunque
llevaba un par de días en los que ya intuía algo, también por cómo se
encuentra todo en España. Sé el esfuerzo que esto supone y sé que el
baloncesto femenino es difícil de sostener.
—¿Pero sólo lo intuía por esto? —Sabía
que el club estaba pasando por dificultades y tenía claro que no íbamos
a tener un superequipo como este año. Pensé que se iba a ‘adelgazar'
más el proyecto, había varias opciones y me puse en lo peor. Acerté.
—¿Ha sido difícil de encajar? —Para
mí ha sido un golpe muy fuerte, al margen de perder un equipo pierdo
una vida. Quise identificarme con todo esto y acabar así está siendo muy
complicado. Dejar Valencia me va a costar, no lo termino de asimilar
y, de hecho, todavía no he vuelto allí desde que acabó la temporada.
Entiendo lo que ha pasado, no soy tonta y sé lo que hay, en ese sentido
estoy tranquila, pero fastidiada porque no sé qué es lo que va a pasar
con mi vida. Sólo espero no quedarme sin trabajo.
—¿Tan duro va a ser para usted dejar Valencia? —Sí,
pero la verdad es que aún no me he puesto a pensar mucho en mi
repercusión personal de dejar Valencia. No puedo, ni siquiera he hablado
con las peñas, no estoy preparada. Primero necesito saber qué será de
mi futuro y luego imagino que me llegará ese bajón total al pensar que
me voy de Valencia.
—Volvamos al principio. Una vez Lluveras le comunica la situación, ¿qué hace?, ¿cómo lo afronta? —A partir de ese momento me busco un agente que no tenía y comienzo a buscarme la vida.
—¿Y que es lo que le lleva a buscarse un representante? —Desde
que fiché en Valencia no tenía agente. Tuve en su día cuando fui a
Francia, pero luego en Valencia consideré que no me hacía falta por cómo
era mi relación con el club. Tenía total confianza en Carme Lluveras y
en la familia Ros, y no lo necesitaba. No soy una jugadora que tenga que
venderme con vídeos, ni que cambie de club cada año, si me quieren
fichar saben quién soy, pero de cara a moverse en el extranjero sí es
más fácil con un agente. No obstante, si lo puedo hacer prefiero
gestionarme yo mis cosas.
—¿Eso quiere decir que ya sabe que va a jugar fuera de España? —Mi
prioridad ahora mismo es jugar en un equipo de Euroliga Femenina,
seguir jugando al nivel que he estado, y con esto digo ya muchas cosas.
En España sólo podría hacerlo en Salamanca o Rivas, pero son equipos que
ya están hechos y que tampoco sé si contarían conmigo. En este sentido,
la idea es jugar fuera de España en un equipo de Euroliga.
—¿Tiene ya alguna cosa encima de la mesa? —Hay
algunas opciones pero la verdad es que está todo un poco parado. Estoy
haciendo un ejercicio de paciencia hasta que empiece a moverse todo un
poco más, aunque estoy pendiente las 24 horas.
—¿El cambio va a ser difícil de asimilar para usted? —Estaba
acostumbrada a la manera de trabajar del Ros Casares, a su estructura y
no hay muchos clubes así. Por otra parte la calidad de vida que hay en
Valencia no se encuentra en cualquier sitio, así que voy a tener que
cambiar el ‘chip' de forma muy importante.
—Menudo mes para darle vueltas a la cabeza con todo esto, ¿no? —Sí,
llevo un mes bastante curioso entre unas cosas y otras. A veces la vida
tiene planes propios para ti que no son los tuyos. Espero que esto sea
una oportunidad para mí, para aprender y cambiar cosas. Si no sigo en el
Ciudad Ros Casares es porque tenía que ser así, aunque los primeros
diez días tras conocer la noticia fueron terribles. Ahora, aunque
todavía no sé muy bien qué hacer, estoy más tranquila. Lo importante es
mi actitud.
—Por cierto, su excompañera Ann Wauters aseguró el otro día en Seattle que el club les debe dinero. ¿Eso es cierto? —Sé
que ha habido retrasos, pero tengo plena confianza en el club y esto no
me preocupa. Sé que este mes ha sido complicado para la empresa, se han
tomado decisiones importantes y llegará cuando tenga que llegar. Con el
club nunca ha habido problemas en este sentido.
—Por lo que veo, ¿su compromiso con el club continúa vigente? —Es
que es un club muy estable y que ahora ha hecho un ejercicio de
honradez. En lugar de salir, que les costase la vida y que luego a mitad
de temporada no pudieran pagar, ha reconocido que no podía seguir.
Prefiero esta postura que hacer lo que hacen otros equipos, que siguen
acumulando impagos. Eso sí que sería malo para la imagen del club y de
la empresa. Es algo que entiendo, aunque yo ahora esté en una situación
complicada.
—Lleva ya unos días concentrada con la selección española femenina, ¿esto le ha servido para llevarlo todo un poco mejor? —A
ver, estoy preocupada, pero esto me está yendo bien estar aquí con la
selección. Es una manera de seguir y de trabajar. Estoy contenta y
expectante para ver cómo nos va en este Preeuropeo. Pero sólo llevamos
una semana, así que todavía es un poco pronto para todo.
—¿Nota que su estancia en la selección, por lo que lleva pasado en este mes, es diferente a otras ocasiones? —Me
siento rara, es verdad, pero un poco por todo. Todo es un poco
diferente por mi situación personal, pero también porque es un
Preeuropeo. Es muy importante para nosotras ya que no es una gran
competición y tiene un formato distinto, un poco como la Euroliga. Por
eso es todo un poco extraño. No es el típico verano con la selección, el
equipo es prácticamente el mismo de siempre pero noto que me falta
alguna cosa. Es diferente pero estoy contenta aquí.
—¿Cree que pueden pasar por algún problema en el Preeuropeo? —No
lo sé, pero espero que no porque si hay una cosa que sabemos hacer es
competir. Ganamos el torneo de Lituania pese a jugar contra equipos que
tenían más rodaje que nosotras. La experiencia del equipo es muy
importante, aunque no estamos todavía en nuestro mejor momento
Fran Escudero superdeporte.es
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