La historia de Patricia Cabrera Argüello es la historia de una
triplista a la que no dejaban tirar de pequeña. Por fortuna para
todo el mundo -menos para sus rivales- cuando se pudo librar de esa
atadura, el baloncesto ha podido disfrutar de una de las mejores
muñecas que se ha podido ver en la última década. Tal es así que en
la selección española Sub-18 fue bautizada con el apodo de
"Patriple".
La escolta grancanaria está atravesando por su mejor momento desde
que llegó el pasado verano a Huelva, donde dice encontrarse "muy a
gusto". En el último mes de competición está promediando 14,2 puntos
por encuentro, con 4,6 triples en cada uno de ellos y un asombroso
acierto del 60,5 %. Números muy por encima de su media durante
temporada, que es de 7,9 puntos, con 2,5 triples por partido y un
muy buen 50,4 por cierto de efectividad.
Ella misma reconoce que se encuentra en un buen momento personal de
juego, pero no se conforma. "Sigo trabajando para que este momento
sea aún mejor", afirma.
La jugadora del Grupo Marsol Conquero ha anotado 71 puntos en los
últimos cinco partidos, con 23 triples convertidos de 38 intentos.
Su tope personal esta campaña lo alcanzó el pasado sábado en Reus,
donde la canaria anotó 26 puntos, con ocho triples encestados de
diez intentados (aunque la estadística oficial le da siete, al
apuntarle uno de ellos a Gusi). Esos ocho triples igualan su mejor
registro desde la línea de tres puntos en un partido de LF2,
conseguido la anterior campaña en Cáceres cuando la jugadora
militaba en el Jopisa Burgos, aunque para ello necesitó de catorce
intentos. Por aquel entonces su entrenador, Richi González, ya
aventuró a decir que "si un día anota diez triples de doce intentos,
que nadie se sorprenda".
Un "don" natural, pero también entrenado
Y es que Patri Cabrera tiene un don para el tiro que le viene desde
pequeña, aunque tuvo que esperar para comenzar a practicarlo y
potenciarlo. En su etapa alevín se puede decir que tenía prohibido
tirar desde fuera de la zona. "En mini todo era correr y penetrar,
pero a mí me encanta tirar y creo que es lo mejor que se me da",
reconoce con risas. Fue a partir de la edad cadete cuando empezó a
dar verdaderos espectáculos desde el 6,25. "Me acuerdo de varios
partidos, pero los que más recuerdo son uno contra Canoe en el
Campeonato de España Cadete, en el que metí diez triples, otro
jugando contra un equipo de Lanzarote en la liga Junior, que metí
quince, y cuando era senior y jugaba en Segunda División Autonómica
metí dieciséis, que es mi récord", echa la vista atrás, aunque no
mucho, porque solamente tiene 21 años.
Según su opinión, existen dos tipos de tiradores: "Hay quienes nacen
con ese don, entre comillas, que ya de por sí tirar es lo que más le
gusta hacer cuando está en el campo y es lo que le sale, y luego hay
otras personas que, aunque no nazcas con ese don, si lo entrenas con
buena técnica y buscas de alguna forma tener ese buen tiro, creo que
se puede conseguir. Todo es esfuerzo y trabajo".
Con margen de crecimiento
Con semejante acierto a nadie extraña ver a Patricia Cabrera
encabezar la lista de artilleras de la categoría desde el 6,25 en
cuanto a efectividad. Oficialmente la escolta conquerista ha
convertido 60 de los 119 lanzamientos intentados (no se contabiliza
en las estadísticas el triple escamoteado en Reus) y está a ocho de
igualar su registro de la campaña 2010/2011 en liga regular (68),
marca que se ve capaz de superar en estos cuatro partidos que
restan. "Yo diría que sí, porque ahora mismo me siento con mucha
confianza en mí misma y creo que puedo conseguirlo, pero por encima
de ello lo voy a dar todo para ayudar al equipo".
Una confianza que la número 4 conquerista también genera en sus
compañeras, que en los momentos calientes del partido saben a quién
pasar la bola. "Una jugadora puede tener mucha confianza en sí
misma, pero la confianza que tenga el equipo en ti es importantísima
porque son ellas las que te buscan y las que te dan los pases, y eso
ayuda a que te encuentres más cómoda en el campo", agradece la
protagonista.
"Yo la verdad es que estoy muy contento, porque además de todas las
características que tiene, tiene algo imprescindible en el deporte y
en la vida, que es actitud" son palabras de Gabriel Carrasco,
técnico del Grupo Marsol, que alaba la cualidades de su pupila. "En
el tema del tiro, además del trabajo técnico, está la capacidad
óculo-manual que tenga la jugadora, y eso lo tiene muy desarrollado.
Patri tiene una capacidad de tiro brutal y este año está
descubriendo en alta competición otras modalidades. Cuando llegó
aquí nos encontramos con una jugadora que estaba muy especializada;
tenía que recibir con los pies en el suelo, y ahora, por ejemplo, ya
se le ve anotar en salida de bloqueo directo tras bote. Es una
jugadora que por edad, por condiciones técnicas y por la calidad que
tiene en esa faceta en el tiro, tiene un potencial y techo increíble
de crecimiento. Cada vez que somos capaces de ponerle el balón en
una buena opción de tiro, para nosotros es un seguro", dice el
entrenador de las onubenses.
Joven aunque con experiencia en fases de ascenso
En el plano colectivo, y aunque el Grupo Marsol está clasificado de
forma matemática para la fase de ascenso a Liga Femenina, la escolta
celeste avisa que no van a permanecer de vacaciones durante este mes
y medio que queda hasta el comienzo de la fase. "Aún quedan cuatro
partidos y tenemos que continuar trabajando para seguir luchando por
nuestro sueño y seguir creciendo como equipo".
Patricia Cabrera sabe de lo que habla. Pocas jugadoras en la
plantilla del representante andaluz han experimentado el jugar una
fase de ascenso a la máxima categoría. La canaria tiene aún
reciente la disputada el año pasado con el Jopisa Burgos, y que
concluyó con desenlace feliz. Ella da las claves para afrontarla:
"Sobre todo hay que ir con muchas ganas e ilusión. Es el premio a
una gran temporada y es el momento donde hay que demostrar quiénes
somos y por qué hemos llegado ahí".
Por supuesto que estaría encantada de que esta fase se pudiera
celebrar en Huelva y sabe que, se juegue donde se juegue, va a
contar con un apoyo especial desde la grada. Porque, a pesar de la
distancia con su tierra natal, raro es el partido donde no hay
presencia de algún familiar viéndola. Para ellos también tiene un
recuerdo especial. "Aunque vivan un poco lejos hacen lo posible para
venir a verme siempre que pueden y son los que están en mis momentos
buenos y malos, y en los que me apoyo día a día", termina diciendo
C.B. CONQUERO
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