A falta de cinco minutos para la conclusión, Carlos Colinas, entrenador del Celta, le pedía a sus jugadoras en un tiempo muerto fe y confianza. Dos aspectos que al final del encuentro resultaron claves para certificar la quinta victoria del campeonato, aunque tampoco sobró la dosis justa de suerte. El equipo celeste ofreció ayer su cara buena en los primeros minutos de partido. El primer ataque, en el que se llegaron a atrapar hasta tres rebotes ofensivos, dejó bien a las claras que el Celta quería luchar por la victoria desde el primer minuto. Las alternativas en el marcador eran constantes.

Las viguesas sabían que buena parte del éxito había que cimentarlo en la defensa, e intercambiando la zona con la individual, conseguían forzar los pases y los tiros de las jugadoras bidasotarras, que tenían en Laura García a la jugara que las mantenía en el partido.

El Celta era un equipo fuerte mentalmente; el balón circulaba bien y cuando había posibilidad se corría a la contra. Sin embargo los primeros diez minutos de juego finalizaron con mínima victoria de las viguesas por un punto, 20-19.

El cuadro vigués inició el segundo cuarto con una zona que no tardó en cambiar a individual. Ygueravide y Nascimento aprovecharon los momentos de debilidad del Celta para poner por delante a Hondarribia con seis puntos de ventaja. Colinas no dudó en solicitar un tiempo muerto. Fue un minuto en el que el técnico le pidió a su equipo que se centrara y volviera a hacer el trabajo que habían hecho hasta ese momento, sobre todo en defensa. Un parcial de 6-0 le dio la razón al técnico, con lo que empezaba un partido nuevo. Fueron unos minutos en los que el equipo vigués cayó preso de la falta de concentración de los árbitros, que en los últimos cinco minutos del cuarto perjudicaron notablemente a las célticas, que a dos minutos para el descanso perdían por ocho puntos y a Colinas le pitaban una técnica.

Tras el segundo tiempo muerto Aya Traore anota ua triple que hace despertar a las viguesas. En el tercer cuarto apareció Marina Delgado que, sin duda, jugó uno de sus mejores partidos. La base tuvo como compañera a Kooij, que además de aportar una gran ayuda bajo los aros (atrapó doce rebotes), tuvo la inteligencia de salir para notar puntos que fueron clave.

En el último cuarto Hondarribia intentó cambiar el desarrollo del partido colocándose con una defensa zonal 2-3, pero Adams y Dantas consiguieron hacer mucho daño dentro de la zona. A tres segundos para el final, Marina Delgado consiguió una canasta de dos que ponía a las viguesas por delante. A un segundo Laura García se fue a la línea de tiros libres para poder empatar el encuentro. La jugadora bidasotarra metió el primero, pero falló el segundo.

Celta 61: Gómez (3), Traore (10), Dantas (8), Gómez (5), Adams (8) -cinco inicial- Delgado (15), Kooij (12) y González (0).

Hondarribia Irún 60: Quintero (2, García (15), Gil (2), Ygueravide (9), Gómez (5) -cinco inicial- Gastaminza (11), Nascimento (10), Mincikova (6) y Tatiana Gómez (5).

Parciales: 20-19, 17-20, 10-11 y 14-10.

Árbitros: Morales García y Pinela García. Le señalaron 16 faltas al Celta y 15 al Hondarribia Irún. Eliminaron por faltas a Sandra Ygueravide, en el min. 39, y le señalaron una falta técnica al entrenador del Celta, Carlos Colinas. Incidencias: Encuentro disputado en el pabellón de Fontecarmoa de Vilagarcía.


Raúl Rodríguez // foto: J.L. Oubiña
farodevigo.es


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El Hondarribia-Irun ha vivido en sólo tres días los gozos y las sombras del baloncesto. En sendos partidos contra rivales directos por la permanencia, las bidasotarras resolvieron con nota ante el Obenasa el miércoles y ayer perdieron por un punto en su visita al Celta de Vigo. De nuevo estos tres equipos quedan empatados en el penúltimo puesto de la clasificación, con los averages particulares para las de Pepelu Mujika tanto ante navarras (dos victorias) como ante gallegas (72-60 en Hondartza).
La clasificación no engaña y en Galicia se vio un partido tremendamente igualado, con muchos cambios de dueño en el marcador, un buen número de empates y ventajas máximas de seis puntos para las locales y de ocho para las visitantes.
En ese panorama, a nadie hubiera extrañado una prórroga. A falta de cuatro segundos el Celta anotó el 61-59. El Hondarribia-Irun pidió tiempo muerto y en la siguiente jugada Laura García fue parada en falta, con sólo un segundo en el marcador.

La toledana es la máxima anotadora verde (14 puntos por partido), la jugadora más valorada y tiene un 75% de acierto desde la línea de personal. Como el de ayer, porque ya había anotado los dos primeros que lanzó, también el primero de esos dos definitivos pero no acertó con el segundo. El rebote cayó del lado local y se acabó el partido con ese 61-60 que mantiene vivo al Celta y que no permite al Hondarribia-Irun haber dejado casi sentenciada su permanencia.

Con todo, las bidasotarras no estuvieron a su mejor nivel. Pesó el partido del miércoles y el Celta se jugaba mucho más, por lo que defendió 'a muerte'. Una vez más, el Hondarribia-Irun perdió claramente la lucha por el rebote (45-31).
En el primer cuarto se destacaron las locales con dos triples casi seguidos (20-14) y en el segundo la irrupción de Amaya Gastaminza fue determinante, con nueve puntos consecutivos desde el 28-28 al 29-37. Pero a partir de ahí reinó la igualdad, ninguno ya tuvo más de cinco puntos de renta y el partido fue hacia ese final de infarto en el que la balanza cayó del lado local.

El miércoles el Hondarribia-Irun recibirá al Ros Casares, un líder que todavía no conoce la derrota