  El Celta femenino se llevó el duelo de necesitados ante el Obenasa
Lacturale, tomando aire en la lucha por la permanencia en la Liga
Femenina. Tras esta victoria, las viguesas ocupan la décima posición en
la clasificación, compartiendo victorias con Caja Rural Vinos de Toro y
Hondarribia, y con una victoria ante el cuadro canario y dos con el
colista, el Palacio de Congresos de Ibiza. El próximo fin de semana, el
equipo de Carlos Colinas visita al Rivas Ecópolis de Miguel Méndez, en
el segundo partido consecutivo lejos del pabellón de As Travesas.
Carlos Colinas, entrenador del cuadro vigués, afirmaba en las horas
previas al encuentro, que había que mejorar los porcentajes para tener
opciones. Pasar de un 34% al 54% para un equipo como el Celta es muy
importante, y una vez conseguido, el equipo pudo pelear hasta el final
por la victoria. El Celta de los últimos diez minutos de juego de
ayer fue el Celta de las grandes ocasiones. Tras el descanso habían
iniciado una remontada que no querían que cayera en saco roto, y a
cuatro minutos para el final consiguieron ponerse por delante en el
marcador.
La igualdad fue la tónica general del encuentro en los
primeros quince minutos de partido. Los nervios atenazaban a ambos
equipos, que no arriesgaban la posesión del balón, cometiendo demasiados
errores en los pases. A cinco minutos para llegar al descanso, el
cuadro pamplonica vencía por dos puntos de diferencia, 19-17. Ahí
llegó el momento de bajón de las viguesas, que desaparecieron del campo
permitiendo que el Obenasa se marchara en el marcador, aunque sin
conseguir diferencias importantes que sirvieran para dejar el encuentro
sentenciado. Al descanso la victoria local era por nueve puntos,
36-27, y aunque no estaba todo perdido, había que hacerlo bien en la
segunda parte para intentar darle la vuelta al partido y llevarse la
victoria.
El técnico vigués ejerció de psicólogo en el tiempo de
descanso, ya que al comienzo del tercer cuarto, el Celta femenino no se
parecía en nada al de los minutos finales del segundo parcial. Un ajuste
defensivo, en el que había que las navarras no tuvieran cómodas
posiciones de tiro, y un mejor acierto en el lanzamiento a canastas,
permitieron al equipo vigués comenzar a recortar las diferencias, y a
diez minutos para la conclusión la desventaja ya era de tan sólo cinco
puntos.
El equipo vigués comenzó lanzado el último cuarto, mientras
que las dudas comenzaron a apoderarse del cuadro navarro. A cinco
minutos para el final, las viguesas se pusieron a un punto tras un
triple de Leonie Kooij, 57-56, obligando al técnico navarro a solicitar
un tiempo muerto.
A un minuto y veintitrés segundos para el final, el
Celta se ponía por delante en el marcador, 57-62, lo que llevó al
técnico navarro a solicitar su segundo tiempo muerto. Damiris Dantas se
convirtió en los instantes finales en la heroína del Celta, al no
temblarle la mano desde la línea de tiros libres. Por su parte Asurmendi
fallaba en los tiros libres, lo que permitió al cuadro vigués mantener
los tres puntos de ventaja. Los segundos finales fueron agónicos,
fallando de nuevo Asurmendi desde la línea de tiros libres, lo que
permitió al equipo vigués mantener dos puntos de ventaja a tres segundos
para el final, con posesión de balón. Una victoria importante que
permite tomar aire a las viguesas en la lucha por conseguir la
permanencia en la categoría
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