Pocas veces estará tan cerca la victoria en una de las canchas con más
solera de este deporte en los últimos años. El Caja Rural Tintos de Toro
perdió en Zaragoza (66-51) ante el Mann Filter en un duelo en el que
mostró dos caras, una extraordinaria en la faceta defensiva con una
intensidad brutal y otra rozando el calificativo de pésima en el ataque.
Los paupérrimos porcentajes en el tiro de las naranjas dejaron sin
efecto una defensa que rozó la perfección en muchos tramos de la
contienda.
La cara positiva es la que hay que seguir puliendo para hacer al Club
Deportivo Zamarat un conjunto casi infranqueable atrás y a partir de
ahí crecer.
Todos los entendidos en este deporte comentan que las
defensas son las que ganan partidos, y de ahí que sea difícil de digerir
la derrota de ayer por la tarde, en la que esa faceta fue la más
cuidada. Intensidad atrás, una mano que siempre impedía botar con
comodidad a la jugadora rival, un punteo en cada lanzamiento y una lucha
sin cuartel en la zona. Eso sí, se permitieron algunas canastas fáciles
que fueron las que realmente diferenciaron a unas y a otras en el
marcador.
Desde el puesto de base, con una Gema García a la que
desde el banquillo se le encomienda un rol de defensora nata, incluso a
riesgo de perder su olfato ofensivo, y hasta la posición de pívot, con
dieciocho rebotes capturados entre Mosby y Tuukkanen, las naranjas
mostraron su mejor versión en la retaguardia.
Pero la ofensiva del
Caja Rural Tintos de Toro cuajó unos de los peores números de la campaña
a la hora de mirar al aro rival. Hasta ahora, esa situación preocupaba
pero no en exceso. Esos fallos se achacaban a la falta de acierto, sin
más. Unos días entran y otros no. Hasta ahora eso es lo que se decía.
Pero ayer, además de fallar tiros cómodos, que también ocurrió, hubo
momentos de indecisión a la hora de atacar la zona que impuso Victor
Lapeña. Ya no solo se fallaron tiros cómodos, sino que la alarma se debe
de empezar a encender en ese sentido porque también hubo muchos
lanzamientos forzados, fruto de posesiones excesivamente largas y con
pocas luces a la hora de buscar el aro contrario.
La americana
Bernice Mosby, con dos de dieciséis en tiros de campo, escenificó
perfectamente este extremo. Muchos de sus tiros no entraron simplemente
porque no hubo suerte, pero esta vez un alto número de esos lanzamientos
se hicieron con precipitación, en malas posiciones y demasiado
forzados. Es verdad que Bernice Mosby es la jugadora franquicia, de este
conjunto, pero ayer su actuación no fue acorde al protagonismo que debe
coger. En su descarga hay que decir que defensivamente hizo el mejor
partido desde que viste la elástica del Caja Rural Tintos de Toro.
Este trabajo constante de ver cómo defiendes bien y evitas una
sangría de un rival con muchos recursos, pero a la vez compruebas que
fallas un ataque tras otro y eres incapaz de igualar o superar al rival,
mina enormemente la moral de las jugadoras.
Las zamoranas estaban
haciendo un esfuerzo titánico por no desfallecer, por no venirse abajo,
por no caer en la tentación de dejar de pelear ante uno de los rivales
llamados a estar arriba. Pese a que ayer se le tuteó y no mostró con
autoridad sus credenciales de equipo fuerte. Seguro que le llegará el
momento, pero de momento el conjunto de Lapeña sigue en construcción y
lo demuestran sus resultados en el inicio liguero que no son del todo
buenos.
Las penetraciones de una inspirada Mariona Ortiz, que va de
menos a mucho más en su primera temporada en Zamora, era la única vía
relativamente cómoda por la que podía anotar el conjunto de Juan de
Mena. Lástima que no encontró aliadas en otras compañeras. Cierto es que
Tuukkanen volvió a cumplir, como siempre, pero otras jugadoras con peso
específico en la anotación como Mosby, Parham o Karcic seguían
encasquilladas con el tiro.
Y a falta de seis minutos para el final
del partido el Caja Rural Tintos de Toro tuvo una razón para bajar los
brazos. Y desgraciadamente lo hicieron.
En un ataque de Mann Filter,
y cuando las mañas estaban cuatro arriba en el marcador, Queralt metió
un triple casi desde el medio del campo con un segundo en el reloj de
posesión. Esa canasta, más uno dos más uno posterior, hundió a las
pupilas de Juan de Mena, espoleó al público del Siglo XXI y envalentonó
al Mann Filter Zaragoza que se vio ganador en ese instante.
La
prueba es que desde esa canasta, y hasta el final, la diferencia siguió
aumentando hasta llegar a la máxima diferencia al final del partido.
Más
quince para un Zaragoza que suma su segunda victoria seguida y deja al
Caja Rural Tintos de Toro con dos triunfos en las jornadas que se llevan
disputadas en la Liga Femenina.
Varias lecciones a aprender de cara
al importante choque ante el Gran Canaria del próximo sábado (12.00
horas en el Ángel Nieto y televisado por Teledeporte). La línea a seguir
es la defensiva. Con el trabajo desplegado ayer pocos partidos se van a
escapar. Por el contrario, la línea a mejorar es la ofensiva. Sobre
todo el trabajar de cara a conseguir y trabajar sistemas que permitan
desatascar partidos, que como el de ayer, y alguno más este año, resulte
complicado anotar.
(16-10) (21-21) (10-12)
(19-8)
Mann Filter Zaragoza 66: Ouviña (2), Jaklin (13), Pina (8), Monroe
(19) y Blanca Marcos (2) -quinteto inicial- También jugaron: Revuelto,
Queralt Casas (9), Estela Royo (4), Covington (2), Vynchunlakova (3),
Sotiriou (4).
CD Zamarat Caja Rural Tintos de Toro 51: Gema García (2),
Lisa Karcic (5), Aja Parham (9), Bernice Mosby (12), Taru Tuukkanen (10)
-quinteto inicial-. También jugaron: Alba García, Mariona Ortiz (13),
Laura Gimeno, Daira Varas y Yinka Olorunnife..
laopiniondezamora.es