Ayer, ante el Adecco Estudiantes, el conjunto que dirige Armando Otero dejó escapar la oportunidad de sumar su primera victoria ante un rival mucho más asequible que León y Hondarribia, al que, a pesar de las adversidades, tuteó en muchos momentos. Y es que, en tan sólo tres minutos, el Universitario vio cómo se desmontaban buena parte de sus argumentos cuando Jessica Moore debió retirarse al banquillo tras, en un visto y no visto, cometer tres faltas personales. Con la norteamericana fuera del partido y Becanovic inmersa en su sequía anotadora, la vieja guardia departamental Elena Sánchez y Elvira Fernández tuvo un protagonismo especial, especialmente la monfortina, impecable ofensivamente y colosal en el rebote entre ambas recogieron veinte, algunos de ellos determinantes en ataque, moviéndose a la perfección ante jugadoras más rápidas pero que no la superaban en centímetros. Entre ambas y Lorena Touza mantuvieron en el partido a un Universitario que, aunque estuvo por debajo en el marcador desde final del primer cuarto (19-24), daba la sensación de que, a poco que mejorase en sus porcentajes de tiro, podría dar la vuelta a la contienda. El Adecco Estudiantes, por su parte, se movía al ritmo que le dictaba su base Silvia Domínguez, colosal en la dirección y eficaz también a la hora de tomar la responsabilidad anotadora. Ella y Hendry monopolizaban buena parte del juego de las madrileñas que, sin embargo, también exhibieron alguna que otra laguna que provocó que, incluso con las limitaciones ofensivas del Universitario, la diferencia se mantuviese al descanso en parámetros asequibles para las departamentales (31-36). Pero dos decisiones arbitrales cuestionables y otras dos pérdidas de balón del Universitario permitieron al Estudiantes anotar un parcial de 0-8 que puso a las ferrolanas once puntos abajo (33-44), dejando al borde del KO su frágil moral. Encima, Moore, tras apenas medio minuto en cancha, cometía su cuarta personal y debía regresar nuevamente al banquillo. El partido, que en general se desarrolló con un ritmo de juego altísimo, vivía sus minutos más intensos, en los que ambas escuadras no dudaban en lanzar el contraataque no siempre con acierto cuando podían. Con quince minutos por delante, las ferrolanas no bajaron los brazos pero, mientras que las madrileñas anotaban con comodidad desde la línea de tiros libres 32 lanzamientos provocados por las 27 personales que le señalaron al Universitario, el grupo de Armando Otero debía pujar lo indecible para anotar cada canasta. Dos arranques de furia no le quedaba mucho más al grupo local y un triple de María Vilouta a la compostelana se la notó mermada físicamente por la gripe colocaron al Universitario sólo cuatro puntos por debajo en el marcador a dos minutos del final (56-60). Las locales dispusieron incluso de dos ocasiones para acortar todavía más la distancia, pero nuevamente sus errores un contraataque desaprovechado y un fallo de Moore bajo canasta acabaron con cualquier posibilidad de reacción, disparando, además, el basketaverage para las colegiales. |