España repitió guión en Linares y tuvo que esperar al tercer cuarto para imponer su mayor calidad y derrotar a Turquía (68 - 53). Las jugadoras de José Ignacio Hernández no tuvieron el mejor día de cara al aro, pero la defensa las activó y lograron imponerse a las batalladoras turcas.
El de Turquía no fue un partido fácil porque las cargas de trabajo
acumuladas ya empiezan a notarse en las piernas, muñecas y cabeza de las
jugadoras. Fue un encuentro de claro carácter defensivo y con muchas
imprecisiones en la primera mitad (ambos equipos sumaron 21 pérdidas en
ese período). España no encontró en ese tiempo el camino del aro y los
21 puntos con los que se fue al vestuario hablaban de sus bajos
porcentajes de efectividad (33% en tiros de campo y 9% en triples en la
primera mitad).
Pero como ya sucediera frente a Croacia, todo el panorama cambió en el
tercer tiempo. Fue de nuevo el momento de mayor inspiración del equipo y
si en los 20 primeros minutos sólo sumó 21 puntos, en los 10 de este
cuarto España dobló a su rival (24-12).
De nuevo, la zona fue el recurso táctico que dio mejores dividendos al
equipo y el motivo para que España recuperara la velocidad en el ataque y
la sonrisa en su juego. Además, la presencia de Amaya Valdemoro (debutó
en esta roda de partidos preparatorios) sirvió para terminar de animar a
un equipo que sigue ofreciendo buenas sensaciones de cara al
Eurobasket.
CON EL ARO EN CONTRA
Como ya sucediera en la jornada inicial, España no comenzó con la
intensidad defensiva que requería el rival y pronto comprobó la fuerza
interior de Nevlin. Turquía había intentado sin acierto la suerte del
triple, pero era su gran pívot la que realmente ponía en apuros a España
(4-8).
La selección española trató de responder a la superioridad turca en la
pintura con mayor agresividad en el perímetro, pero fueron los puntos de
Anna Montañana (seis puntos de los primeros ocho del equipo) los que
dan la vida al equipo en lo que era un partido de claro carácter
defensivo. La pívot valenciana era la única que tenía suerte de cara al
aro (España falló los seis primeros triples que intentó) y eso pesaba en
un marcador que era adverso, en gran medida porque las pivots otomanas
seguían empeñadas en brillar con sus acciones individuales y no siempre
en la pintura (8-12).
Su puntería, la mejor noticia del final de primer cuarto es que, pese al
descontrol y las idas y venidas en ambas canastas, España acechaba a
Turquía en el marcador y no caía en el desanimo. La defensa estaba
funcionando y sólo era cuestión de abrir la lata en ataque para volver a
tomar la delantera en el marcador (12-14).
El panorama no cambió mucho en el segundo cuarto y si lo hizo fue porque
el ataque dejó de ser errático a tener un problema en la gestión del
balón. Dos pérdidas en las dos primeras ofensivas no eran el mejor
síntoma. Turquía no ofrecía mejores sensaciones y el partido bajaba en
calidad pero no en intensidad. De eso se encargó Cristina Ouviña que
volvió a apostar la energía propia de su juventud para cambiar la cara
el choque y anotar un triple que despertó los aplausos de la grada.
AMAYA ENTRA EN ACCION
Este podía ser un buen momento para cambiar la dinámica pero lo que
nadie esperaba es que fuera a favor de una Turquía que reaccionó para
anotar cinco puntos consecutivos y escaparse mínimamente en el marcador
(15-21). La situación debía de cambiar y José Ignacio Hernández lo hizo
con dos soluciones: una la táctica, un tiempo muerto, otra la técnica,
dando entrada a Amaya Valdemoro. La capitana jugó sus primeros minutos
en la preparación y su presencia y carácter se hizo notar. En un visto y
no visto España devolvía parcial a su oponente e igualaba el marcador a
21 puntos.
Y pudo ser mejor pues Amaya Valdemoro tuvo en sus manos dos triples para
poner a España por delante en el marcador. Sin embargo, España seguía
negada desde la línea de 6,75 (1/11 en el descanso) y Turquía se
marchaba al descanso con una ligera renta de cuatro puntos (21-25).
España quería cambiar su discurso en el partido y como frente a Croacia
apostó por la zona para provocar el fallo rival, recuperar balones y
salir al contraataque. Ésta es la principal arma ofensiva de las
españolas y como funcionó recortó distancias en el marcador.
La defensa zonal era una buena idea porque el acierto exterior turco no
era mejor que el español y ni siquiera las canastas de Çaglar logró
evitar que Amaya Valdemoro empatara el partido a 29. Pese a la
inactividad a la alero se le vio con la clase y magia de siempre y poco a
poco fue asumiendo más responsabilidades. Eso sin duda que es una gran
noticia de cara al torneo pues es una jugadora capaz de animar al resto
del equipo y contagiar a sus compañeras.
Así sucedió frente a Turquía y el primer triple de España en el partido
sirvió para que Elisa Aguilar pusiera nuevamente por delante a la
selección (37-34). Desde las dos primeras canastas iniciales, el
combinado español no había disfrutado de ventaja alguna en el encuentro y
eso provocó los lógicos nervios en Turquía. El tiempo muerto del
entrenador Yildizoglu era obligado.
DESPEGUE FINAL
Las órdenes tácticas eran tan necesarias como infructuosas resultaron
ser. España había enfilado el camino de la victoria, lo hacía desde la
línea de tiros libres que quizá no ofrezca todo el glamour del mundo
pero ahí no se puede fallar porque desde esta distancia se ganan
campeonatos. Punto a punto la distancia fue creciendo y esto produjo un
feedback en el equipo que siguió probando variantes tácticas como la
presión a todo el campo. Al fin y al cabo estos partidos son para
calibrar fuerzas y probar sistemas que en el futuro valdrán triunfos.
El final del tercer cuarto se alcanzaba con la máxima ventaja Española
(45-37), todo estaba predispuesto para que el encuentro pudiera romperse
y así parecía que iba a suceder cuando el combinado de José Ignacio
Hernández coqueteó con la siempre psicológica barrera de los 10 puntos
(49-40). Pero todo tuvo que esperar... aunque no mucho.
Turquía arremetió en el partido con un breve parcial que amenazaba con
dar emoción al final de la jornada. Por suerte España ya había puesto la
directa y ofrecía sus mejores acciones. Un alley oop de Alba Torrens
levantó al público de sus asientos y un fantástico contraataque de María
Pina acaba con un dos más uno que, ahora sí, colocaba a España con 11
puntos de renta (58-47).
Al encuentrole quedaba muy poquito para decidir su ganador y ese poquito
fue el triple de Torrens. La balear lo celebró como se merecía, después
de una tarde complicada, el equipo empezaba a sumar dígitos en el
marcador con la facilidad que siempre acostumbra.
Dicen que un equipo turco nunca se rinde pero después de un parcial de
11-0 y casi 20 puntos de desventaja (66-47), no hubo más remedio que
capitular en Linares. España conseguía el reponer de triunfos.
ALVARO PARICIO /COMUNICACION FEB
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