Halcón Avenida ya está a un paso de la gloria, a una eliminatoria de alcanzar su segunda Final Four después de superar ayer un durísima ronda de octavos de final frente a Pécs 2010. Si en Würzburg el equipo húngaro fue un hueso duro de roer, en su pista la batalla se llevó hasta el último minuto
Halcón, que hasta ahora se había lucido con claras victorias en la mayoría de los casos, demostró que también tiene argumentos para desenvolverse en duelos ajustados y de tensión. Se esperaba un partido duro en Pécs y bastaron los primeros cinco minutos del encuentro para confirmar que así sería. El marcador se movió en márgenes muy cortos durante todo el partido, con, por ejemplo, tres puntos de máxima ventaja para las húngaras y dos para el equipo salmantino durante el primer tiempo.
Halcón Avenida tenía claro por dónde podía hacer daño a su rival y desde el pitido inicial cargó el juego hacia su interior donde especialmente Sancho Lyttle mostraba su poderío con 11 de los 17 puntos de su equipo en un primer cuarto sin fallo en el lanzamiento. A Pécs no le quedaba más remedio que ir a por todas y, primero de la mano de Quigley y, después, con Fegyuerneky mantenía su caudal anotador. Los primeros problemas para unas y otras llegaban por las faltas. En Pécs su base Ivanyi se cargaba en apenas dos minutos con tres mientras que Avenida veía cómo era Erika De Souza la que sumaba dos cuando apenas habían transcurrido cinco minutos. Con la brasileña en pista Halcón Avenida había dominado claramente el rebote, sobre todo en su aro, pero una vez tuvo que sentarse empezaron a aparecer las segundas opciones de lanzamiento para las húngaras y así cualquier opción de que el marcador se abriera desapareció.
Dos triples de Snell mediado el segundo cuarto parecían abrir la posibilidad de que Avenida también hiciera daño desde fuera, pero ni la australiana ni sus compañeras en el exterior mantuvieron el nivel de acierto y el equipo salmantino siguió viviendo de los puntos de Sancho y una Erika que veía cómo le señalaban la tercera falta justo antes de que se llegara al descanso con la diferencia más amplia a favor de las jugadoras locales, 38-35.
El partido parecía abocado a un desenlace ajustado y a la vuelta de vestuarios los nervios se dejaron notar en uno y otro equipos con varios fallos sucesivos en el tiro. Cada canasta costaba un mundo y mientras Quigley seguía manteniendo a las suyas, en Avenida era Xargay la que asumía la responsabilidad desde la línea de personal. Precisamente tras un fallo desde los 4,25 metros de la gerundense, el equipo azul capturó el rebote y De Mondt anotó un triple que situaba la máxima ventaja para Halcón, 44-48. Pero Pécs reaccionó rápido y así se llegó al final del tercer cuarto con un 48-49 que prometía un último parcial no apto para corazones débiles.
Diez minutos eternos que pasaron en un suspiro. Entre Sancho y Erika llevaron al equipo a tener el partido en su mano 57-64 pero dos triples consecutivos de Quigley y Nagy volvieron a situar el partido en un puño con Lyttle y Domínguez con cuatro faltas y apenas dos minutos por disputar. Era el momento para mantener la cabeza fría y encontrar una mano caliente después de conseguir abortar un ataque de Pécs. Ahí apareció la capitana para anotar una canasta y sacar una falta y situar a su equipo cuatro puntos por delante, todo un mundo a esas alturas. Una canasta de Lyttle y cuatro tiros libres de Marta Xargay sirvieron para rubricar una victoria que costó sudor y casi sangre pero que dejó lágrimas de alegría por verse ya en los cuartos de final.
Teresa Sanchez TRIBUNA.NET |