Inicio
EDITORIAL
FELICITACIÓN A LOK@S
EL BLOG DE ...
Lok@s
Liga Femenina
Fase de Ascenso
Liga Femenina 2A
Liga Femenina 2B
Euroliga
Copa de la Reina
Selecciones
Españolas en Europa
Campeonato Junior
WNBA



Disponemos del lok@ cuestionario de... Pincha aqui y lo verás

2010/12/30 MIL Y UNA HISTORIAS CARGADAS EN UNA MOCHILA LLENA DE OPTIMISMO
Los sucesos a los que uno se enfrenta en la vida forjan el carácter de las personas, pero es la forma en la que nos enfrentamos a ellos y los superamos lo que realmente determinan quienes somos y Selma Delibasic (Sarajevo, 1980) es, ante todo, una persona luchadora y optimista. La pívot del Universitario acarrea una mochila cargada de experiencias límites, pero a la que ha ido aligerando del peso del drama para revelarse como una joven serena, que quiere disfrutar al máximo del baloncesto y de la vida porque, precisamente, sabe del valor de esta.

"Me han pasado cosas en 30 años que mucha gente no habrá vivido con 60, pero no me gusta contar demasiados detalles porque no quiero que la gente me compadezca", advierte la baloncestista, que se define como alguien "muy positivo" y a quien le gusta conocer a la gente "por lo que son en ese momento". 

La guerra en los Balcanes le robó su infancia. Con once años, el cerco de las tropas serbias sobre su ciudad, Sarajevo, cambió radicalmente una vida que, hasta el momento, había sido plácida. "El primer día de la guerra yo acabé de ser niña", reconoce Selma para quien, hasta ese momento, el baloncesto no había entrado en su vida. No permaneció demasiado tiempo en la capital bosnia pero sí el suficiente para ver su vida desfilar por la mira de un francotirador. Después llegó su huida a Suecia y un exilio escandinavo convertido por momentos en una pesadilla. "La vida en Suecia fue algo muy difícil", advierte, pues Trollhatan, su destino, resultó ser un pueblo demasido pequeño y en él, la abierta sociedad sueca no lo era tanto en 1990. Sus primeros contactos con el baloncesto se produjeron allí y también en el club de la ciudad padeció sus mayores sinsabores fruto de la discriminación de sus compañeras.

"Esas edades son muy improtantes para formar el carácter y yo me perdí muchas cosas en ese tiempo", explica Selma Delibasic para quien la oportunidad de jugar en Estados Unidos, en la Universidad de Duquesne, la rescató de su ostracismo. En Norteamérica cambió su vida, pero, deportivamente, fueron igualmente años difíciles en los que apenas disfrutó de minutos. Y, acabado su periodo académico, otra vez hizo las maletas con Ourense como destino. Corría el año 2003 y la jugadora sonríe y casi se sonroja al recordar aquella primera experiencia en España, asegurando que queda poco de aquella chica que llegó para jugar en el Pabellón. "Ahora que tengo 30 años y miro hacia atrás pienso que con todas las cosas que me pasaron no comencé a conocerme a mí misma y a decir quién soy hasta que tenía 22 ó 23 años", apunta. Deportivamente, su aventura europea partió de un  "trabajo duro en Ourense  para hacerme un nombre, porque como no jugué mucho en la universidad mis números no eran buenos. Ahí me fue bien y después, en Cáceres, seguí creciendo". También en España recaló en el Arxil antes de dar el salto a Italia. El Umbertide, entonces en la Serie 2 italiana, le otorgó un rol protagonista hasta entonces desconocido para ella, "pasé de ser una de las tres extranjeras del equipo, a ser la única y toda la responsabilidad era mía. No hablaba el idioma y me encontraba sola... pero fue otra forma de crecer. Yo, personalmente, agradecí esa responsabilidad", explica. 

Después llegáron el Napoli, el Udine y, nuevamente, España... y otra vez Galicia, concretamente Ferrol. "Salió esta oportunidad y yo creo que las cosas pasan por el destino, así que me dije: ‘Volver a Galicia... ¡A ver cómo me va esta vez'". Y, por ahora, le va bien. Esta año, su faceta de traductora de Player y Watson -habla seis idiomas: bosnio, alemán, sueco, inglés, italiano y español- la ha convertido en un "nexo de unión". También su carácter afable ha hecho que se vea reflejada en "las chicas jóvenes del equipo, me encanta su ilusión y me hace feliz". Deportivamente, baja la voz y advierte entre bromas, "que no me escuche Nacho -por el entrenador, Nacho Pita-", antes de reconocer que "ahora mi prioridad no es hacer puntos, sino aportar cosas al equipo, hacer lo que es necesario". ¿Afincarse definitivamente en España? Es una opción, porque es un país que me encanta, "ahora mismo quiero pasármelo bien otro año y seguir jugando hasta que el cuerpo no me pueda o haga más daño que bien al equipo", y broméa, "para ser la abuela -como le llaman cariñosamente sus compañeras- no estoy nada mal".

M.L.F
DIARIO DE FERROL
© 2005-2015 www.lokosxelbaloncestofemenino.com.
Todos los derechos reservados.