Era un derbi de dinámicas. Por un lado, la optimista de un Extrugasa que ha vuelto a la élite con ambición. Enfrente, el estado actual de un Celta que no atraviesa por su mejor momento en lo anímico. Aguantó mientras pudo, pero cuando las rotaciones tenían que aguantar el envite su escasa aportación se convirtió en el principio del fin.
La premisa de las viguesas era clara. Había que frenar la aportación de las jugadoras interiores vilagarcianas y lo hicieron realmente bien. Con lo que no contaban era con el acierto desde la línea de 6.75 de las locales, cuestión que se bastaba para hacerle frente al buen criterio ofensivo de las de Miguel Méndez en el arranque. Las rápidas dos faltas con las que se cargó Demetress Adams condicionaban la rotación de Tito Díaz, pero tal es la fortaleza mental de su equipo que apenas se notó. El Extrugasa tenía muy claro que el camino a seguir para la victoria no era otro que la defensa y con el paso de los minutos fue minimizando el flujo anotador de su rival.
El carrusel en las alternativas fue una constante durante los primeros veinte minutos. El intercambio de golpes estaba servido, pero el desgaste parecía mayor en las visitantes. Un dato elocuente es que las arousanas nunca bajaron ni un ápice su intensidad puesto que todas las jugadoras que participaron aportaban en los dos lados de la cancha. Con un 34-29 dio comienzo el tercer cuarto, pero fue a partir de ahí cuando la balanza empezó a declinarse de manera definitiva para las vilagarcianas. Después de unas primeras acciones en las que el Celta no fue capaz de recortar la diferencia, Miguel Méndez buscó en una zona alterar la dinámica establecida, pero el Extrugasa ya parecía lanzado.
Los pases en el ataque del Extrugasa le ganaron el protagonismo a los botes, cuestión que hizo surgir los espacios en la defensa rival y con ello la fluidez anotadora que le permitió seguir engordando las diferencias. Una cuestión básica en el juego ofensivo local, como son las transiciones, dejaron de ser controladas por el Celta. Las pívots comenzaron a explotar la calle central mientras que las exteriores eran capaces de penetrar con facilidad para generar mayores ventajas.
Eran los últimos compases del tercer cuarto y coincidían con el momento más crítico de las viguesas. Ya eran catorce puntos de diferencia (54-38), una barrera prácticamente infranqueable para un equipo demasiado afectado en lo anímico. La ola buena sobre la que navegaba el equipo de Tito Díaz le ayudó a seguir engordando las diferencias ante un rival que decrecía en su propia fe a medida que se estrellaba una y otra vez contra la muralla defensiva de las arousanas. No había ya capacidad de reacción y el Extrugasa comenzaba a ser coreado por sus aficionados. Todo salía bien a la par que el Celta Indepo parecía pedir la hora a un partido al que parecía haber echado el cierre varios minutos antes de que se terminase. Cuando la ventaja se instaló en la veintena, el Extrugasa cayó víctima del estado de euforia y el Celta aprovechó las últimas acciones para maquillar la diferencia final entre los olés de la parroquia local, que también tuvo el detalle de felicitarle a Tito Díaz su 53 cumpleaños como agradecimiento al buen juego desplegado por su equipo.
La derrota, tercera consecutiva, deja a las célticas con solo una victoria de renta sobre las posiciones de descenso mientras que el Extrugasa, con cinco triunfos ya en su haber, no pierde de vista la cuarta posición que da derecho a disputar la Copa de la Reina y de la que le separa un solo partido Extrugasa 66: Begoña García (16), Marta Blanes (9), Cristina Sousa (9), Demetress Adams (6), Romana Vynuchalova (7) --quinteto inicial-- Mandisa Stevenson (7), Montse Gilabert (2) e Ylenia Manzanares (10).
Celta Indepo 54: Sara Gómez (6), Egle Stakneviciene (8), Noemí Jordana (11), Blanca Marcos (7), Iva Sliskovic (16) --quinteto inicial-- Milica Beljanski (-), Dragana Svitlica (2) y Luisa Michulkova (4).
Parciales: 16-17; 34-29 (18-12); 52-38 (18-9); 66-54 (14-16). Diego Doval farodevigo.es |