Eneko Lobato García (Pamplona, 30 de junio de 1977) es el director
de cantera de UNB Obenasa Navarra y desde el mes pasado, selecciondor
español sub-13 femenino. Su buen trabajo en UNB ya está empezando a dar
sus frutos, y ss el único técnico navarro que hay en la selección
española.
¿Cómo acabó en la selección?
Llevo seis años siendo seleccionador navarro infantil femenino y al
final te toca estar en muchos campeonatos y conocer a mucha gente. El
coordinador de selecciones de la federación española se fijó en mí
porque la trayectoria de la selección navarra había sido buena este año y
me llamó para la selección sub-13 y contentísimo.
¿Qué supone para usted?
Es un reto porque que te llamen para una cosa de estas es casi lo
máximo. Las selecciones de base españolas son la élite mundial.
¿Es usted lo que podríamos llamar un enfermo del basket?
La verdad es que sí y mi madre está preocupada porque me lo dice
cada dos por tres. En casa eso siempre lo hemos tenido. Yo soy el mayor
de cuatro hermanos y todos hemos sido jugadores y entrenadores. En casa
estamos todo el día hablando de baloncesto.
¿Qué ha supuesto para usted la aparición de un proyecto como el de
UNB Obenasa?
Para mí supone un reto a nivel profesional y una ilusión al mismo
tiempo. Tengo la suerte de poder trabajar con las jugadoras jóvenes que
tienen más proyección. Han confiado en mí y estoy muy contento.
¿Qué importancia tiene la cantera dentro del club?
UNB ha nacido de la única forma que podía nacer. Es un club que no
tiene una cantera propia porque UNB somos todos. Es la unión de muchos
clubes con mucho cuidado para respetar a todo el mundo. En cuanto hemos
empezado a mover un poco el árbol han empezado a caer jugadoras.
¿En qué tiempo se pueden ver resultados de su trabajo?
Como mínimo se necesitan dos o tres años. Primero hay que hacer un
trabajo individual y después ir integrándolas en el primer equipo.
¿Qué jóvenes talentos tiene Navarra de cara al futuro?
Actualmente hemos estado trabajando con dos jugadoras, Itziar
Arregui y Amaya Araiz. Y luego más pequeñas tenemos a Alazne Vicente,
Amaya Moracho y las gemelas Leire y Nora Astráin. Ellas saben que están
en seguimiento y a partir de ahí vamos estableciendo nexos con ellas,
sus clubes y las familias para, si quieren, hacer un trabajo específico
con ellas cuando tengan 15 o 16 años.
¿No resultaría contraproducente para su crecimiento que el primer
equipo tuviese excesivo nivel?
Eso es algo que puede pasar. Yo creo que el producto nacional está
muy valorado y está muy defendido por el reglamento, que te obliga a
tener un número de jugadoras seleccionables. Si se trabaja bien con las
que tenemos es verdad que en Liga Femenina no podrán llegar tantas, pero
seguro que algunas sí. Es importantísimo tenerlas para sacar el equipo
adelante y también para que la gente se identifique con el proyecto.
¿Cuál es el secreto de Obenasa?
Creo que el club está bien estructurado y eso es algo que repercute
en el equipo. Se ha acertado en los fichajes desde la creación del
proyecto, que es algo fundamental. En la fase de ascenso puede pasar
cualquier cosa porque te la juegas en pocos partidos y no hay que
fallar. Sinceramente creo que se han hecho las cosas bien y cuando es
así se va con la tranquilidad y la confianza de tener un bagaje, y eso
el equipo lo tiene.
¿Es justo jugárselo todo en pocos partidos después de dominar con
claridad la fase regular?
Además de muchos partidos en pocos días, tener que jugártelo en un
último partido hace que tengas que dar el do de pecho. Tenemos un equipo
compensado y largo, a ver si tenemos suerte.
Santiago Zuza diariodenavarra.es
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