 El Ciudad Ros Casares cayó el domingo ante el Spartak de Moscú en la
final de la Euroliga. Un duro golpe pero, como el club grande que es, ya
se ha levantado y está en pie para afrontar las semifinales de la liga
femenina. La normativa de la FIBA que entrará en vigor la próxima
temporada obligará a cambios, pero la general manager del club, Carme
Lluveras, tranquiliza a todos: « Volveremos a tener un equipo que luche
por estar en la Final Four y continúe con su dominio nacional».
El esfuerzo de organizar la Final Four ha sido grande,
enorme. Por eso ayer era un día para recuperar el aliento. Y es que lo
que se ha visto en Valencia es muy difícil que vuelva a suceder. La
citada norma de FIBA establece que las jugadoras con pasaporte
comunitario que hayan jugado con su selección (Brasil, EE.UU.,
Australia, ...) pasarán a ocupar una plaza de extracomunitaria.
Esto afectará a todos los equipos, salvo a Ekaterimburgo.
Spartak, el propio Ros Casares y todos los grandes de Europa tendrán
que elegir. Por eso Lluveras afirmó que en Valencia se ha visto la Final
Four más grande de la historia: «Con los equipos de mayor nivel del
baloncesto femenino».
Por eso la general manager del Ros entendía que el
domingo se jugó más que una final. «Se ha cerrado un ciclo en el
baloncesto femenino, muchos equipos tendrán que cambiar notablemente sus
plantillas». Jugadoras como Erika de Souza, Diana Taurasi o Penny
Taylor (Fenerbahce) pasarán a ser extracomunitarias.
Pero de momento Lluveras no quiere pensar más allá de las
semifinales de la competición doméstica. «No es momento de centrarse en
nada más que en el Zaragoza. Nos hemos recuperado del golpe porque,
como solemos decir en el Ros, solamente los ganadores saben levantarse
después de una derrota», concluye la manager general del subcampeón de
Europa
J.A.Z. lasprovincias.es
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