 El conjunto del UNB Obenasa se impuso ayer en el pabellón Islas Canarias con más complicaciones de las previstas a un Aguere que fue dejando claro que para ser derrotado había que sudar la camiseta, y mucho
Comenzó el encuentro sorprendiendo el conjunto de Carlos Olano, pero el trabajo en la pintura de las torres visitantes fueron equilibrando el marcador (10-8), cuando había transcurrido la mitad del primer cuarto, para marcharse definitivamente en el primer tramo de partido las de Rupérez, (13-23), en el minuto ocho. Ajustaron en el tramo final la ventaja las de Aguere (19-24), con un parcial de 6-1, que propició nervios en el cuadro peninsular (21-24), y no cambió el panorama al inicio del segundo cuarto. Pero la posible sorpresa se fue diluyendo a medida que el banquillo visitante iba minando el cansancio de la falta de rotaciones en las locales (25-31), que tomó su máxima diferencia en los minutos finales del cuarto (33-43). El líder fue asentando su juego y amplió las diferencias en el marcador, dejando fuera cualquier atisbo de sorpresa (38-51). Pero la confianza fue llenando el saco de las navarras, que se mostraban claramente superiores, pero que con juego no supieron marcharse definitivamente. El último cuarto se presentó muy complicado para las locales, que apenas pudieron hacer nada César Rupérez: "Hemos sabido ver muy bien el partido y hemos estado muy serias en defensa. Aunque hemos tenido ratos de problemas en ataque, también hemos tenido otros muy buenos" EFE |