La guerra entre el baloncesto femenino profesional y la Federación
Española es un hecho, y la primera consecuencia del enfrentamiento es
la suspensión de las dos últimas jornadas de la primera vuelta del
campeonato, las que se deberían disputar el sábado y martes próximos.
Dos jornadas que, además, implicarían que no se pudiera disputar la
Copa de la Reina en las fechas acordadas, ya que el reglamento de la
competición dice que disputarán el torneo los cuatro primeros
clasificados al finalizar la primera vuelta del campeonato, y al no
disputarse estas dos jornadas no se cumple esa condición para disputar
el torneo copero. Las últimas veinticuatro horas fueron vertiginosas. El miércoles, los
trece miembros de la Asociación del clubes (el único que no forma parte
es el Ros Casares que se replantearía entrar en ella siempre y cuando
Paco Araújo fuera el presidente de la Asociación) se reunían en Madrid
para analizar la situación. En ella se expusieron las dos condiciones
que ponía la Federación para cambiar su decisión, y que eran por un
lado la elaboración por parte de la Asociación de una carta en la que
se excluyera de toda responsabilidad al ente federativo, se acabaran
las críticas y se hablara del buen hacer de la Federación para con el
baloncesto femenino; y por otro la confección de otro documento en el
que los clubes se comprometieran a sufragar todos los gastos de la
ampliación a ocho equipos, con lo que a la Federación no le costaría un
euro más la disputa del torneo. Desde la Asociación se remitió a la
Federación la conformidad con esas condiciones, con lo que todos daban
por hecha la ampliación. Sorprendentemente la Federación se echó atrás
y se mantuvo firme en su decisión de disputar la Copa con cuatro
equipos.
Ante esa actitud, los clubes reunidos tomaron la decisión
dar un ultimátum a la Federación para que rectificara en un plazo de
veinticuatro horas o se tomarían posturas de fuerza. Ayer por la tarde
se cumplía el plazo y la Federación no había variado un ápice su
postura, por lo que los clubes decidieron no disputar ni la jornada del
sábado ni la del martes. Como se suele decir el balón está ahora en el
tejado de la Federación, que deberá afrontar el tema con rigor y no
escudarse en comentarios tan triviales como la falta de infraestructura
de Zaragoza, que es la ciudad que organiza la Copa, que no dispondría
ni de hoteles ni de pabellones para disputar el torneo.
Paco Araújo,
presidente del Celta Indepo, se desplazó ayer por la tarde al pabellón
de As Travesas para asistir al entrenamiento del equipo vigués. A la
conclusión del mismo, el presidente se reunió con las jugadoras para
explicarle la situación y comentarles que no viajarían a Zaragoza para
enfrentarse al Man Filter ni jugarían el martes ante el Olesa Espanyol.
Es
de esperar en las próximas horas la reacción de la Federación Española
al órdago de los clubes, que por primera vez desde hace mucho tiempo se
mantienen firmes y unidos y no están dispuestos a perder algo histórico
como es la participación de ocho equipos en la fase final de la Copa de
la Reina
Raúl Rodríguez farodevigo.es
|