El metal lo logró como entrenadora ayudante de
la selección española femenina Sub 19 en el Mundial celebrado en
Tailandia, un hito histórico para el baloncesto nacional y una muesca
más del ya repleto pero aún prometedor currículum de esta preparadora
tinerfeña ¿Qué se siente al haber ganado una medalla en un Mundial? Pues
la verdad que todavía no nos lo creemos. Estamos asimilando todo lo que
nos ha pasado porque ha sido una experiencia irrepetible e inigualable.
Intentamos explicar cómo nos sentimos y no se puede hacer con palabras.
Sabemos que hemos sido las primeras en España en lograr eso...
Es,
como decía, la primera medalla en un Mundial del baloncesto femenino
español, ¿pero queda el resquemor de no haber vencido a Estados Unidos
en la final como sí se hizo en la primera jornada del Campeonato? Sí,
pero para ganarles había que hacerlo en la primera jornada o en la
final. Ya el tercer día su entrenadora reconoció que con su derrota
ante nosotras les abrimos los ojos. Salieron a morder, físicamente eran
infinitamente superiores y pese a todo dimos la cara en todo momento.
¿Tristes por la derrota?
No,
para nada. De hecho creo que celebró más España la plata que Estados
Unidos el oro. Ellas iban con la obligación de ganar y nosotras con el
objetivo de competir. Al final se oía más la Macarena que otra cosa.
¿Cómo se vive una plata desde la banda?Pues
de una manera muy especial. Primero por tener la oportunidad de
trabajar y aprender tanto con un entrenador de Liga Femenina con la
experiencia de Lucas Mondelo. También aprendes de la propia
competición, en la que cada día te juegas la vida; y también lo haces
de otros países porque hasta ahora conocía sobre todo del baloncesto
europeo. Asimilas todo lo que puedes porque sabes que luego te va a
servir.¿Cómo era el día a día de Esther Herrero en el Mundial de Tailandia?Era
bastante durillo. Por la mañana desayunabas, entrenabas, comías,
descansabas, veías el vídeo del rival y luego el partido. Ya luego a
mí, como asistente, me tocaba el scouting y por las noches tenía que
prepararlo. Te quedabas viendo los partidos de ese día y preparando el
vídeo...Con todo, ¿le daba tiempo de dormir?Pues
hubo días en los que sólo dormí dos horas. Sobre todo en los últimos
días. Me acostaba y ya era de día en Tailandia; se me notaban las
ojeras... Pese al sueño pude aportar un granito de arena al éxito de la
selección.¿Les costó mucho adaptarse a Tailandia?La
gente nos contaba que sería complicado, pero nos adaptamos muy bien. No
sufrimos el temido jet lag, aunque sí que nos molestaron un poco los
olores de la calle, la humedad que había y la comida. Los pabellones
eran una maravilla y ahí no hubo problema.¿Cómo se explica que Tailandia organice un Campeonato como este?La
verdad que organizativamente estuvo todo de miedo. Además de las
instalaciones, la atención era de miedo. Por ejemplo, tengo grabada la
cara de una voluntaria que cuando nos íbamos no paraba de llorar.
Siempre se preocuparon de que estuviésemos atendidos en todo momento.En un sitio tan exótico, ¿hubo tiempo para el turismo?Algo
sí pudimos hacer, sobre todo en dos tardes que tuvimos libres. Lo que
más te llama la atención son los mercadillos, aunque cuando nos
clasificamos para semifinales fuimos al mayor rascacielos del país, con
un restaurante en muy lujoso en la última planta.¿Con la plata, se puede decir que este generación es ya una realidad?Sí,
por supuesto. Desde la Federación Española se está esperando un cambio
generacional porque vienen jugadoras de un altísimo nivel. Con estas
medallas en las distintas selecciones todo el mundo se está dando de
cuenta de que en poco tiempo tendremos a gente para competir en el
equipo absoluto.Después de dos años como ayudante con las selecciones de base, ¿tiene ya el gusanillo de ejercer como entrenadora principal?No,
yo ahora mismo firmaría tener otra vez la oportunidad de ir como
ayudante. Sobre todo porque el nivel de los entrenadores es altísimo y
que cuenten conmigo ya es un orgullo con la cantidad de técnicos que
hay por ahí.Ahora toca dejar de pensar en baloncesto...Toca
descansar. Casi no he parado y aunque será muy difícil que lo haga por
completo, necesito una semana de desconexión ya que el día 24 empezamos
la pretemporada con el Uni CajaCanarias.Pero supongo que valdrá la pena tener unos veranos tan ajetreados como estos últimos...Ojalá
el no descansar sea por estar con la selección y vivir lo que hemos
vivido; aprender y sentir todo esto en tan poco tiempo.Y para la próxima temporada, cambio al Grupo A, pero con el objetivo de meterse en la fase de ascenso...Vamos
a salir a competir e intentar estar lo más arriba posible y eso implica
no renunciar a la fase de ascenso, aunque el estar en este grupo los
planes cambian algo. Hemos renovado a mucha parte de la plantilla del
año pasado, contando también con la cantera; y ahora queremos
reforzarnos con un par de jugadoras que den un salto de calidad a la
plantilla
LA OPINIÓN DE TENERIFE
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