Es una de las jugadoras más internacional del baloncesto español (después de Betty y Marina). Es fija en la selección (116 entorchados), con la que disputará en breve el Europeo. Y una trotamundos que ha jugado en la WNBA y que en octubre se marcha a Rusia, al Samara, el mejor equipo del continente Amaya Valdemoro cumple hoy años y sabe cuáles serían sus regalos preferidos. Quiere jugar las semifinales y a ser posible pescar una medalla en el próximo Europeo (Turquía, del 2 al 11 de septiembre) y sueña con ser campeona de la Euroliga con el Samara ruso, su próximo equipo.
¿Gracias a usted el baloncesto femenino está más reconocido? Me siento privilegiada de ser un referente en el baloncesto femenino. En España hay un gran desconocimiento del nivel que atesoran las chicas. Yo sólo he tenido la suerte de jugar en muchos equipos y lograr muchos títulos.
¿Qué espera de la Liga rusa después de haber estado en la WNBA? Va a ser una experiencia nueva, pero lo que realmente espero es traerme la Euroliga. El Samara es el actual Campeón de Europa y es un equipo plagado de estrellas. Es un reto deportivo muy importante.
¿Qué diferencia hay entre el baloncesto americano y el europeo? En Estados Unidos se trabaja mucho el físico y en Europa los equipos son más tácticos. En la WNBA se juega más en transición y el uno contra uno y en Europa el juego es más estático.
Ha fichado por un año con el Samara, ¿piensa volver pronto? La cultura es diferente y prefiero ir poco a poco para adaptarme al clima y a la manera de vivir.
¿Qué le sugiere la selección? Es el orgullo más grande que tengo. Las sensaciones que se tienen al jugar un partido con España son muy diferentes que al hacerlo en un club. Es lo máximo. Además, soy muy española.
¿Qué objetivo se marca? El de alcanzar las semifinales. Estamos en un año de transición y creo que hay selecciones con más experiencia que la nuestra, pero estoy segura de que seremos un equipo que no bajará los brazos y pondremos las cosas muy difíciles a cualquier rival. No tenemos miedo a nadie.
¿Qué ha cambiado en esta selección española de Domingo Díaz? Domingo y Vicente (Rodríguez) son dos entrenadores totalmente diferentes, aunque quizá destacaría que ahora hay más comunicación y la convivencia ha mejorado mucho. Yo, no puedo ocultarlo, mantengo una gran relación con Domingo, tanto en lo profesional como en lo personal, nos une una gran amistad y no puedo pedir nada mejor que estar a sus órdenes.
España tendrá un grupo muy exigente: Rumanía, Rusia, Serbia, Lituania y Turquía. Prefiero un grupo duro, porque así luego los cruces no son tan complicados. Intentaremos evitar a la República Checa, que quizás es el equipo más fuerte del otro grupo. En el nuestro, salvo Rusia, creo que el resto estamos en un nivel muy parejo.
¿Cuál ha sido su mayor éxito? El mantenerme durante muchos años a un alto nivel. Hoy cumplo 29 años y sigo dando guerra. Espero que esto dure mucho tiempo. No me puedo olvidar de la medalla de bronce que conseguimos en el Europeo de Grecia. Enganchamos al público y fuimos capaces de levantar resultados muy adversos. Además fue una alegría doble porque nos clasificamos para los Juegos Olímpicos.
¿Y su mayor decepción? No haber pasado a las semifinales de los Juegos Olímpicos de Atenas. Lo tuvimos muy cerca, pero Brasil se interpuso en nuestro camino. De todo se aprende y todo curte en esta vida.
¿Cuál es su equipo? Son dos. El Salamanca, que es el equipo donde empecé a despuntar, y el Ros Casares, donde he pasado cuatro años muy buenos. Además en Salamanca el grupo y la ciudad están totalmente volcados con el baloncesto femenino. Nunca había visto tanta afición.
¿Volverá al Ros Casares? Durante estos años se han portado fenomenal conmigo y hasta el último momento hicieron lo posible para retenerme. Entienden mi decisión y la apoyan. Tengo las puertas abiertas.
¿Qué le queda por aprender? Mucho. Siempre hay algo que se puede mejorar.
¿Sueña con el baloncesto? A veces.
¿Se encuentra en la edad ideal? No lo sé. Yo lo único que tengo claro es que cada año me encuentro mejor y más contenta y espero seguir así muchos años más. Antes se decía que cuando pasabas de los 30 años empezaba el declive, pero ahora hay jugadoras que con 33 o 35 años siguen compitiendo a un nivel muy alto.
Cuando se retire, ¿quién le gustaría que ocupase su puesto? A quien le toque sólo le pido que ponga corazón, como hago yo en cada partido. No creo que nadie sustituya a nadie, pues cada uno tiene su momento. Me gustan las jugadoras con carácter y con mucho corazón.
¿Qué le gustaría hacer cuando termine su carrera deportiva? Me gustaría estar ligada al mundo del deporte en general, donde el baloncesto ocupará un importante lugar. Diario abc |