Pero al medirse los rusos entre ellos, españolas y húngaras tienen ante
sí una oportunidad histórica de meterse en la final continental.
Dos equipo parejos, con similar potencial lucharán como si realmente su partido fuera la gran final.
A
pesar de que Halcón Avenida tiene el factor cancha a favor, lo cierto
es que Sopron viene muy reforzado moralmente después de las dos
eliminatorias de octavos y cuartos de final que ha superado ante
equipos, a priori, superiores y con más experiencia europea: Wisla
Can-Pak de Cracovia y el Bourges Basket.
El Spartak se encuentra en Madrid desde el pasado domingo preparando el que será el asalto a su tercer entorchado consecutivo.
El equipo de Láfzló
Ratgéber no viajará a Salamanca hasta el mismo jueves porque quiere
aprovechar los máximos entrenamientos posibles para ultimar detalles de
cara a su decisivo partido frente al Ekaterimburgo en semifinales y
para recuperar a jugadoras como Sylvia Fowles, lesionada hace un par de
semanas y que está en plena puesta a punto.
De hecho, y aunque
no estaba previsto, el conjunto moscovita disputó ayer un encuentro
frente a Rivas Ecópolis -que le cedió sus instalaciones durante estos
días- con el objetivo de comprobar el estado de la norteamericana, tal
y como aseguró a este medio el propio entrenador.
Sin forzar la
máquina, si algo ha demostrado el Sparatak es que no se equivocan los
que creen que puede sumar otro título. El resultado, 46-70, y la
demostración de fortaleza de sus estrellas sin estar a tope, permiten
augurar que el viernes en el Multiusos Sánchez Paraíso y con otro
poderoso como el Ekaterimburgo enfrente se podrá ver un gran
espectáculo.
Isabel De La Calle y Teresa Sánchez
tribuna.net