El EBE Ibiza PDV aseguró ayer su presencia matemática en los play off
después de su clara victoria en la cancha del Celta Indepo. El equipo
ibicenco volvió a ejercer de verdugo de las viguesas, a las que ganó en
las semifinales de la Copa de la Reina y en los dos encuentros
ligueros. Un resultado que se
antoja una consecuencia lógica en la confrontación de argumentos que se
vieron sobre la cancha. Fue cuestión de tiempo que el baloncesto
blindado de las pitiusas aplastase la resistencia febril de las
celestes, aunque la resolución del choque llegó de forma excesivamente
abrupta.
Aguantaron las de Méndez mientras pudieron combinar acierto
y velocidad. Siete minutos de divorcio entre ambos factores, y el
consecuente bloqueo mental, le bastaron al EBE PDV para romper el
choque. Del 38-35 al 38-57.
El Celta Indepo está alcanzando el
tramo final de la campaña regular con un notable deterioro. Ciudariene
es la única baza estable; Torrens y Nicholls son una débil sombra de su
gloria olímpica; falta Pilar Valero, que concentra la sabiduría.
No
hay secretos entre dos equipos con la batalla de la Copa aún reciente,
aunque Miguel Méndez retorció su pizarra. Nicholls y Torrens se cayeron
del quinteto. El técnico vigués quiso amenazar desde el banquillo,
equilibrar sus opciones, aunque quizás el principal objetivo es
disfrazar sus heridas. Se jugó al ritmo frenético que impuso Gema,
Pirsic se asfixia en el correcalles y el primer cuarto cae del lado
celeste.
En esa apuesta céltica, necesaria, va también la
penitencia. Obligadas a batallar a dentelladas en la defensa
individual, obligadas a esprintar en cada ataque, las imprecisiones se
multiplicaron. Del 18-14 se pasa al 18-19.
Méndez tiró de
Miljkovic para reducir una marcha. Forzó en las ayudas interiores a
costa de dejar espacio libre en el perímetro y el Eivissa aprovechó
para acuchillar a triples. Las jóvenes celestes dependen mucho del
entusiasmo del instante. Las ibicencas encajan y responden.
En un
tercer cuarto de alternativas, las ibicencas impusieron la ley de la
gravedad y obligaron a Méndez a solicitar tiempo muerto con 38-44 en el
electrónico. El entrenador tiene que renovar el ciclo constantemente,
mantener altos los biorritmos, y no siempre es posible. La defensa
pitiusa tapó las vías de penetración. Las exteriores gallegas se
cegaron y no dominaron bajo el propio tablero, lo que les impidió
correr y saltar al contragolpe. Los minutos finales del periodo
resultaron terribles.
El Celta Indepo pagó su mandíbula frágil con
la tortura del último cuarto, convertido en un trámite doloroso. El
sufrimiento del ejercicio merece el premio del play off por Europa. Dos
nuevas oportunidades para vivir a la carrera, quizá con mejor destino
que ayer en el Central, donde el bloque gallego murió joven.
El técnico del EBE Ibiza PDV, Jordi Fernández, no pudo ser más cariñoso
con el Celta Indepo: «Han tenido una mala suerte terrible con tantas
lesiones. Una jugadora esencial como Alba Torrens está en plena
pretemporada. Si encima no eres el Ros, son cosas que notas. Lo que
hacen en Vigo es para sacarse el sombrero».
El
técnico del EBE destacó la buena trayectoria de su equipo: «Estamos en
un gran momento de juego. Cuando somos capaces de equilibrar la defensa
y el ataque funcionamos».
A su juicio, la clave del choque ha
estado precisamente en esa necesidad de conjugar ambos factores: «En el
tercer cuarto hemos decidido defender, cosa que no habíamos hecho hasta
ese instante, y hemos sido capaces de romper el encuentro», concluyó
Jordi Fernández.
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