El Celta Indepo tuvo ayer verdaderos problemas defensivos, aunque de
salida la impresión fue toda lo contraria y un marcador de 5-0 ponía a
las viguesas por delante en el marcador. La imagen de las jugadoras que
prepara Miguel Méndez estaba siendo buena, ya que Sliskovic llevaba el
peso del equipo en ataque y el equilibrio ataque-defensa funcionaba a
la perfección.

Sin embargo, en el primer cambio del conjunto catalán, Lucas Mondelo
introdujo a dos jugadores que fueron claves para que el Olesa le diera
la vuelta al marcador y se marchara con cierta ventaja. El juego
exterior del Olesa ganó con Liljestram, que nada más entrar en el campo
consigue un triple que confirma un parcial catalán de 0-9. La entrada
en pista de Olga Podkovalinkova se convirtió en una pesadilla para el
equipo que entrena Miguel Méndez y confirmó que el esperanzador
arranque de las locales podía quedarse en nada.
La aportación de la rusa en el segundo cuarto se produjo casi toda en
ataque, consiguiendo seis puntos consecutivos en el momento en el que
el Celta Indepo intentaba recortar las diferencias. A seis minutos para
el descanso del encuentro, Miguel Méndez solicitó su primer tiempo
muerto, con una desventaja que llegaba a los nueve puntos, 19-28. La
reacción no se hizo esperar y en pocos minutos las célticas ya estaban
a cuatro puntos. Sin embargo, la entrada de Podkovalinkova volvió a ser
clave para el conjunto catalán, que volvió a distanciarse en el
marcador, con tirones que iban minando la moral de las anfitrionas.
Pero los problemas de las viguesas no eran solamente defensivos, ya que
en ataque costaba demasiado sacarse de encima la presión catalana. Al
descanso las viguesas llevaban un cincuenta por ciento de acierto en
tiro de dos, pero es que el Olesa lo llevaba del sesenta y cinco por
ciento, y eso se dejó notar en el marcador.
Las cosas en el tercer cuarto no mejoraron o, quizás, todavía
empeoraron un poco más. Noemí Jordana, que dejó un excelente recuerdo
en Vigo durante su etapa celeste, continuó moviendo a un Olesa que sin
demasiado esfuerzo conseguía sobrepasar la barrera de los diez puntos
pasados tres minutos de juego.
Sin ideas
El Celta Indepo volvía a vivir una de esas etapas negras que tiene en
algunos partidos, y en los seis primeros minutos de juego del cuarto
habían encajado un parcial de 0-10, con lo que las cosas se ponían
francamente mal. Miguel Méndez solicitó un tiempo muerto para cambiar
el rumbo del partido, pero el equipo estaba sin ideas, a pesar de
conseguir defender un poco mejor a Podkovalinkova, que ya no estuvo tan
suelta y no tenía tan fácil anotar.
Las propias jugadoras célticas se dieron cuenta de que peor no se
podían hacer las cosas y tocaron a rebato. En dos acciones puntuales
redujeron los quince puntos de ventaja que tenía el Olesa, lo que
obligó al técnico a pedir un tiempo muerto. Tres tiros libres de Blanca
Marcos dejaron a las viguesas ocho puntos por debajo, pero una última
jugada de ataque del Olesa acabó con triples y dos tiros libres que
devolvieron los doce de ventaja para las catalanas, 42-54. Fue el
despegue definitivo de las catalanas.
Las fuerzas y ganas con las que las viguesas intentaron darle la vuelta
al partido al finalizar el tercer cuarto desaparecieron en el último.
Olesa no tuvo que esforzarse demasiado para mantenerse por encima de
los diez puntos de diferencia, mientras que los problemas de las
viguesas se trasladaban de defensa a ataque, con el nulo aporte
ofensivo.
Raúl Rodríguez // José Lores
farodevigo.es