El Ciudad Ros Casares descorcha hoy el momento culminante de la temporada con el primer partido de los octavos de final de la Euroliga ante el Kosice (21.30 horas Fonteta). Y lo hace con dos preocupaciones principales: las lesiones y el horario.

Valdemoro y Wiggins sufren diferentes molestias que les pueden lastrar hoy en el partido ante las eslovacas. A la escolta americana le quitaron líquido de la rodilla, pero ayer era optimista respecto a su participación hoy. Palau no jugará por una lesión en el cuadriceps y su vuelta se puede producir en el duelo del viernes en Kosice. Y, por último, Ferragut y Dacic, tampoco jugarán con problemas físicos.

Ayer Isma Cantó tuvo que recurrir a un jugador y la puntual ayuda de su segundo, Roberto Hernández, para poder realizar el entrenamiento matinal.

El otro problema que tienen preocupado al club es el horario del partido. Las nueve y media. Tarde. Motivado por la televisión. El Ros no está acostumbrado a trasnochar y esperan que hoy no les pase factura. Aunque peor lo tendrá el rival centroeuropeo que a esas horas normalmente ya están con la patuflas puestas viendo el Buenafuente de turno...

Otro problema que se emana del horario es la merma en asistencia de público. Esa hora de retraso hace mucho daño, más teniendo en cuenta que al Ros van muchas familias con niños de corta edad.

Deportivamente, el duelo no presenta tantas dudas. Si el Ros Casares no es capaz de eliminar al Kosice a tres partidos, con dos en casa, mal está el asunto. No hay otro favorito en la serie que el conjunto valenciano. Más cuando su entrenador, Isma Cantó, dice que ve "bien al equipo. Hemos trabajado bien estas semanas y llegamos en un buen momento", decía el de Lliria ayer pese a entrenar "con siete jugadoras y media"

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