Fue un partido extraño, marcado por el mutuo bombardeo desde el exterior. El Arranz Jopisa semostró muy superior a un orgulloso Aros y tan sólo un último cuarto de relleno impidió a las blanquirrojas sumar una nueva paliza en su trayectoria.

El 80-50 nada más comenzar el último cuarto fue la mayor distancia entre los dos equipos en el día de ayer antes de que un correcalles se adueñara del ritmo del partido. Como era obligatorio, Aros estiró su presión en busca de lo imposible. Su bombardeo exterior hizo que no perdieran la cara al partido y maquillaran la distancia hasta los 14 finales.


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