La santiaguesa hace un parón en su exitosa trayectoria al detectársele unas molestias crónicas de estómago ·· La alero se recupera en Santiago Ha vuelto a casa. A su habitación, a la misma rutina y a disfrutar de
los amigos que dejó con tan sólo 14 años, cuando apostó por una carrera
profesional en el mundo del baloncesto embarcándose en las filas de la
gran escuela del Siglo XXI. Su cuerpo le ha obligado a tomarse un
pequeño descanso y, en su empeño por exigirse lo máximo siempre, optó
por alejarse de forma temporal de las canchas de baloncesto para
superar con total tranquilidad sus problemas de estómago. La propia
María Vilouta insiste en que no es un tema grave, pero sí latoso, que
le hace convivir en el día a día con pequeños dolores, y presa de la
insistente curiosidad de mucha gente del mundillo del deporte, afirma
que se encuentra bien y que su decisión de retirarse es firme. Lo que
peor lleva es tener que dar explicaciones a todo aquel que le pregunta.
"Se trata de un problema latoso porque es crónico. Yo siempre
tuve problemas y este último año en el Estudiantes ya no me encontraba
muy bien, sobre todo durante el play-off de ascenso ya estaba
bastante malita", recuerda la santiaguesa. "Entonces fui al médico, me
vieron el problema, y fue un poco decisión de todos que lo mejor sería
dejarlo", añade la escolta. "Lo peor fue que no me lo esperaba, ya
había firmado el contrato y fue un palo", reconoce. Once años de éxitos Son
ya once años de éxitos, de victorias, de títulos -incluidos un Europeo
cadete y dos campeonatos de la LF-2, además del ascenso a la máxima
categoría logrado con el Estudiantes el pasado año en Santiago- y en su
madurez asume con valentía todas sus decisiones. "Soy una persona que
me comprometo mucho y no me gustaría dejar las cosas a medias o dejar
luego tirado a mi equipo una semana o un partido", subraya la escolta. "No
es que tuviera que dejar el deporte de forma radical, pero por ejemplo
esta temporada preferí tomármelo con calma, me quedan pocas asignaturas
para acabar Odontología, y si en verano me encuentro mejor podría
regresar, pero ahora mismo ni me lo planteo", reitera la alero
compostelana. El cariño de los suyos será, como se suele decir,
la mejor medicina. Después de 14 años fuera de casa confiesa que se
siente un poco extraña pasando tanto tiempo en Santiago pues hasta
ahora sólo regresaba unos días en Navidad y en verano, aunque junto a
sus hermanas Cristina y Rosana seguro que no le costará adaptarse
Cristina Guillén elcorreogallego.es
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