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El técnico palentino, Evaristo Pérez, demuestra su satisfacción por el buen resultado de su equipo en los Juegos Olímpicos de Pekín. Con la quinta posición, la selección nacional femenina de baloncesto consiguió el mejor registro olímpico en su historia
-¿Cómo juzga el papel de la selección en Pekín?
-Yo le daría un notable. Dada la trascendencia de una Olimpiada, es un privilegio estar entre las grandes potencias del baloncesto. De hecho, sólo han quedado por delante las tres grandes potencias mundiales y el país anfitrión. Con esta posición se corrobora que España está dentro de las grandes potencias del baloncesto femenino y que ahora tiene uno de los mejores niveles del mundo.
-¿Cuál fue la clave para la eliminación frente a Rusia? -Sencillamente que ellos fueron mejores que nosotros, aunque no hay una sola clave. El partido fue extraño y mucha gente sólo mira la gran ventaja que alcanzamos en el primer cuarto, que fue prematura. A pesar de que la derrota final fue más abultada de lo que hubiéramos deseado, nos queda un sabor de boca muy bueno porque hemos sido capaces de enfrentarnos a Rusia 'de tú a tú' sabiendo que es superior pero que no puede permitirse despistarse ante la selección española. También es verdad que la segunda parte fueron los mejores 20 minutos que yo he visto jugar a Rusia, y que algunas jugadoras enfermaron y puede que eso pesara al conjunto
-¿Con la mirada atrás, cree que podrían haber llegado más lejos? -Yo nunca me detengo a conjeturar sobre lo que podría haber pasado, eso son cosas de la imaginación y en el deporte vivimos de realidades: de triunfos y de derrotas. Podemos preguntar todos los 'y si' del mundo, y así podríamos haber sido campeones o no habernos clasificado para los Juegos, pero las conjeturas no merecen la pena. Tanto el trabajo que hemos hecho como la planificación para los Juegos ha estado muy bien, y si tuviera que empezar otra vez desde el principio, volvería a hacer lo mismo.
-Usted ha visto a los mejores equipos del mundo en Pekín. ¿Cómo juzga el nivel del baloncesto femenino español? -Creo que acabar los Juegos en la quinta posición es estar entre los mejores del mundo. De hecho, en el espíritu y las normas olímpicas, los ocho primeros están considerados finalistas. Estos equipos reciben un diploma que acredita que están en la élite, como el que recibirá la selección española. -¿Qué sería necesario para que el equipo femenino lograra los éxitos de la selección masculina? -Aunque pertenezcamos a la misma federación y tengamos los mismos jefes, los objetivos son completamente diferentes. La selección masculina se ha conformado a partir de una selección junior que ganó el Campeonato del Mundo do de Lisboa en su día. La generación que han tenido ellos no la han tenido las chicas, pero estamos intentando llegar a partir de la incorporación de nuevas jugadoras que han obtenido muy buenos resultados en categorías inferiores.
-¿Como técnico, qué le han aportado estas Olimpiadas? -Son innumerables las experiencias personales y técnicas que se viven en unos juegos. Generalmente uno ve el deporte desde la óptica de su especialidad. El hecho de compartir mesa y mantel con entrenadores de tantas disciplinas es una experiencia tan enriquecedora que uno amplía sus miras. Por ejemplo, Rafa Nadal decía que se lo había pasado como nunca porque hacía mucho tiempo que no se sentía más deportista que tenista, con toda la magnitud que tiene el término.
-¿Se muestra ilusionado con su futuro como técnico de la selección? -Sí, porque las derrotas en el deporte siempre suponen una desilusión, ya que la esencia del juego es la competición, y su culmen es la victoria. Pero una vez que se pasa el trance de haber perdido comienzan proyectos nuevos que te permiten recuperar la ilusión por la victoria y por formar parte de la competición.
-¿Cuáles son sus objetivos más inmediatos tras los Juegos de Pekín? -El próximo campeonato es el Europeo de 2009, que se celebrará en Letonia. Tengo puesta toda mi ilusión en este torneo, y creo que seremos un rival directo de la selección rusa, aunque no nos marcamos un objetivo concreto en cuanto a la clasificación. De momento, lo que pienso hacer es descansar bien de la fatiga de los Juegos olímpicos porque es un trabajo muy duro, aunque no lo parezca. Hay que viajar mucho y además se viven momentos muy intensos que al final te dejan agotado.
-¿Se siente plenamente respaldado por la federación para conseguir estos objetivos? -Antes de disputar el preolímpico el presidente me renovó por dos años, por su propia voluntad, un contrato que durará hasta el Europeo del próximo año. Creo que con este gesto demuestra que está satisfecho con mi trabajo. Después de la Olimpiada me he reunido con los responsables de la federación y me han confirmado que están contentos con la forma de trabajar y con los resultados obtenidos
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