La pívot estadounidense
Lisa Leslie ganó el cuarto oro consecutivo con la camiseta de los
Estados Unidos en Beijing 2008 pese a tener enfrente a la poderosa selección de
Australia,
cuyo currículo en los Juegos también presenta cuatro metales sin
interrupción desde Atlanta'96, la misma edición que contempló el debut
olímpico de la extraordinaria jugadora estadounidense.

Las oceánicas aguantaron el tipo ocho minutos (13-14) y, durante los
siete siguientes, las estadounidenses sellaron la quinta cumbre del
escalafón desde Seúl'88 en una constatación irreprochable de la
hegemonía absoluta que ejercen en el rectángulo olímpico y que, además,
eleva a Leslie a la categoría de mito, con cuatro metales dorados de
tacada, sólo uno menos -el bronce de Barcelona'92- conseguidos por
Teresa Edwards, la baloncestista -incluido el torneo masculino- que más
medallas ha logrado en la historia de los Juegos -cinco-.
Estados Unidos rompió el choque con las jugadoras del banquillo. Las
titulares abrieron la senda de la cima pequinesa a través de un parcial
de 2-11 (de 13-14 m.8 a 15-25 m.11) y sus sustitutas, en una noche
difícil para el equipo 'boomer', que jugó con
Penny Taylor y la capitana
Lauren Jackson tocadas por problemas físicos, quebraron el eje de la contienda.
La tanda norteamericana subió hasta un 4-20 (17-34 m.15) mientras la
formación oceánica se desangraba en unos porcentajes de tiro pírricos,
atrancados en el entorno del veinticinco por ciento de acierto o, mejor
dicho, de desacierto (15/56 en tiros de campo al final del tercer
cuarto).
Las campeonas del mundo, no obstante, ofrecieron una muestra de su
carácter y clase al imponerse en el tercer tramo (24-22 y 54-69 en el
tanteo). La fiesta, de cualquier modo, se cocía entre las filas
estadounidense con todo merecimiento.
El equipo de
Anne Donovan ha ganado todos los partidos que
ha jugado, ha conquistado el oro desde el respeto a si mismo y a cada
rival que se le ha cruzado por el camino -hasta con Mali, loable
debutante olímpico procedente de un país con escasos medios, pero mucho
honor- sostuvo el ritmo de principio a fin-. Gloria a las
estadounidenses y un trono en el Olimpo para Lisa Leslie.
EFE