Rusia pudo con
China, la selección anfitriona de los
Juegos, y repitió la medalla de bronce conquistada frente a Brasil en
Atenas 2004, segunda que suma al medallero del baloncesto olímpico
femenino desde la desmembración de la antigua Unión Soviética, con cuya
heredera, la Confederación de Estados Independientes (CEI) ascendió al
primer puesto del podio por última vez en Barcelona'92.
Las campeonas de Europa despacharon el encuentro para encaramarse al
tercer escalón del podio de Pekín 2008 sin dar ocasión a las chicas del
australiano
Tom Maher
de discutirles el partido. A todo lo que llegó la selección local fue a
una ventaja de cuatro puntos mediado el primer cuarto (10-6 m.5) y a
terminarlo sólo un tanto por debajo
(23-24).
Rusia encaminó el choque entre ambos parciales con una serie de 2-8 en un minuto (de 10-6 m.5 a 12-14 m.6) al alimón entre
Irina Osipova, Marina Karpunina y Oxana Rakhmatulina
que agotó las menguadas fuerzas de China para oponer resistencia ante
un conjunto demoledor desde el arco de triples, convertido en el
patíbulo de las extremo orientales.
La pívot
Chen Nan prolongó tímidamente las esperanzas de
reacción del equipo asiático (doce puntos en el primer tiempo), pero
artificialmente porque Rusia rubricó un contundente ocho de trece en
triples hasta el descanso, que interrumpió el encuentro con marcador de
39-52 tras la mayor diferencia hasta ese momento (37-52 m.29).
Rebekka Hammon, Tatiana Shchegoleva, Karpunina y Korstin
materializaron ante el aro chino la superioridad de las ex soviéticas,
que a los veintiséis minutos rozó los veinte tantos (46-65) y, al final
del tercer tramo, se situó en quince
(57-72).
El periodo había discurrido en equilibrio (18-20) y, aunque China
rebuscó en el depósito para lanzar una última intentona (63-74 m.32),
la eliminación por personales de Chen Nan a ocho minutos para la bocina
privó a las orientales de un puntal ofensivo básico -veintiséis puntos-
y puso el bronce en manos de Rusia, que reedita el tercer puesto
alcanzado hace cuatro años en Atenas.
EFE