El baloncesto femenino chino, representado por el equipo que
menos faltas personales comete en el torneo olímpico con una media de
15,6 por encuentro, ha superado el corte de cuartos de final contra
Bielorrusia y se ha colocado en disposición de sumar una medalla más a
la larga lista de metales del país asiático acumula en Pekín 2008
El técnico australiano
Tom Maher eliminó a China en la
primera ronda de Atenas 2004 como seleccionador de Nueva Zelanda y,
ahora, cuatro años después, ha metido al conjunto local entre las
cuatro aspirantes al podio. Aquella derrota envió a las anfitrionas de
2008 a la novena posición. Esta vez ya se han asegurado mejorar, al
menos, cinco puestos en el 'ranking'.
O sea, que China también puede considerar formalmente que este
resultado es un éxito. Y, lo que es aún mejor, un éxito que tiene
posibilidades de alcanzar la excelencia porque desde los cuartos se le
abre una doble posibilidad de medalla: las semifinales y, si no las
supera, el partido por el bronce.
Maher es el primer técnico extranjero en la historia de la selección
femenina oriental. Aquella victoria con Nueva Zelanda quedó apuntada en
un lugar preferente de la agenda de
Li Yuanwei,
presidente de la Federación China de Baloncesto. Ocho meses después de
enviar al cuadro chino a la novena plaza de Atenas, Maher fue
presentado como seleccionador.
Yuanwei acertó de lleno. El australiano condujo a las chinas hasta el
oro en el campeonato asiático de 2005, los empates múltiples le bajaron
al duodécimo puesto del Mundial de Brasil 2006 -en el anterior China
había sido sexta-, pero en los Juegos Asiáticos de ese mismo año, en
Doha, disputados unos meses después, en diciembre, se alzo con el oro.
Las opciones de las orientales no son nada despreciables. Valga como
dato que en el torneo preparatorio de la Buena Suerte Olímpica, que
sirvió como presentación del pabellón Wukesong, se impusieron a los
Estados Unidos y Australia en la primera ronda. Por eso sueñan con el
oro.
China, liderada una día más por
Miao Lijie -veintiocho
puntos-, amasó una renta de trece puntos en el segundo cuarto. La
extendió a veintidós (54-32) en el tercer, decisivo para acabar con las
esperanzas bielorrusas en el primer encuentro en una competición
internacional oficial entre ambas selecciones.
EFE