Nació en Villabellaco (Palencia) y pasó la primera parte de su infancia en la vecina localidad de Barruelo de Santullán. Sin embargo, se siente burgalés por los cuatro costados ya que todavía niño se trasladó a Burgos y fijó su residencia en nuestra capital, en la que ejerce como profesor de Educación Física del IES Félix Rodríguez de la Fuente. De joven practicó atletismo y baloncesto y de adulto ha ejercido como preparador físico del Burgos Fútbol Sala y entrenador de baloncesto, masculino y femenino. Desde hace un año dirige la selección femenina, a la que hizo subcampeona de Europa en 2007 y con la que ya está en Pekín para estrenarse con ella en unos Juegos Olímpicos.

Pekín 2008 está a las puertas. ¿Nervioso, impaciente?
Sobre todo ilusionado y ansioso. Hace dieciséis años pude llevar la antorcha de la Olimpiada de Barcelona por tierras de León y días después estuve en la ciudad condal viendo partidos de España. Lo vivido se me quedó muy grabado, pero desde luego no podía imaginarme que tiempo después iba a estar en otros Juegos como seleccionador de España.

Será la experiencia por la que quiere pasar todo entrenador.
Pues espero que así sea. He pasado por muchas cosas a lo largo de mi vida, pero esta será una inimaginable e inédita. Por eso desde que el pasado 13 de junio, en el Preolímpico de Madrid, logramos la clasificación para estar en Pekín, no veo el día en el que empecemos a jugarnos nuestras cartas.

¿Cómo llega la selección femenina a los Juegos Olímpicos?
Bien. Tras lograr la clasificación dimos unos días de vacaciones a las jugadoras y luego nos concentramos para preparar la Olimpiada y el Torneo de Moscú. Ganamos a la República Checa y Rusia teniendo alguna jugadora lesionada, caso de Amaya Valdemoro, y ahora puedo decir que el trabajo duro está hecho. En Pekín jugaremos dos amistosos -Bielorrusia y Brasil- y espero que lleguemos en las mejor condición para debut el día 9 ante el anfitrión, China.

Y haber ganado a Rusia, uno de los favoritos para las medallas, ¿quiere decir algo, o no?
Digamos que confirma que hemos preparado bien los Juegos y nos ha dado una dosis extra de moral, confianza y autoestima. Sabemos que si hilamos fino en Pekín y somos capaces de hacer partidos a ese nivel de concentración, podemos ganar a cualquiera, pero estar así en los cinco encuentros de la primera fase será muy complicado. Por eso, las jugadoras y yo tenemos los pies en el suelo y somos conscientes de que cada partido será una auténtica final.

Amaya Valdemoro, Nuria Martínez y Laia Palau se han perdido parte de la preparación para los Juegos por sendas lesiones. ¿Le ha preocupado esta situación?
Hasta cierto punto. Todas las jugadoras son importantes y yo siento igual cada una de las lesiones, muy habituales en los deportes de equipo. Por eso mientras las tres han causado baja me he olvidado de ellas y me he centrado en hacer el trabajo con las demás. Finalmente se han recuperado las tres, todas de un gran nivel, y podré contar con ellas en Pekín.

¿Tan importante es Amaya Valdemoro para el equipo?
Indudablemente es una superestrella y por eso ha jugado en Estados Unidos y lleva unos años haciéndolo en Rusia, no la voy a descubrir ahora. Por eso el equipo sin ella, a priori, pierde potencial, pero una jugadora no gana los partidos y lo hemos visto claramente en el Torneo de Moscú, en el que la solidez del grupo y el equilibrio de todas sus líneas han salido a relucir. Eso es lo importante.

¿El descarte de Silvia Domínguez es el que más le ha dolido?
Sin duda. Ha sido el último, justo hace una semana, y empiezo ya a tener una deuda pendiente con ella, ya que también casi al final se quedó fuera del Europeo del año pasado. Ha trabajado fenomenal y es una pena que me dejen llevar a los Juegos a trece jugadoras.

España figura en el Grupo B con China, Nueva Zelanda, República Checa, Estados Unidos y Mali. Los cuatro primeros pasan a cuartos. ¿Es ese el objetivo?
Por lo menos es el único en el que de momento queremos pensar. Por lógica debe ser asequible, pero no tenemos que fiarnos. Estados Unidos es el favorito y las otras tres plazas debemos pelearlas entre China, República Checa y nosotros, aunque tampoco descartaría a Nueva Zelanda.

Luego vendría el cruce de cuartos de final, que será clave.
Y en el que puede pasar de todo y no debería extrañar que un cuarto de un grupo venza al primero del otro. Ganar ese partido nos llevaría a luchar por las medallas y perderlo nos mandaría a casa. Pero de momento solo quiero pensar en el primer partido, ante China, que será clave para el futuro del equipo. Las hemos ganado hace poco y mis jugadoras están muy concienciadas de lo que nos vamos a jugar en ese encuentro.

Echemos la vista atrás, al año 2005, cuando decide cambiar el baloncesto masculino por el femenino. ¿Se imaginaba que pudiera ser tan decisivo en su vida?
Está claro que no. En ese momento no sabía la transcendencia que podría tener, pero luego solo me ha reportado cosas buenas y tener que decidir cosas importantes sobre mi futuro profesional.

Llegado a este punto, ¿alguien de quien acordarse?
De mucha gente. Sobre todo del instituto en el que trabajo, en el que todo han sido facilidades para que lo compagine con el baloncesto, y del CB Ciudad de Burgos Arranz Jopisa por ofrecerme la oportunidad de sentarme en su banquillo. Pero podría escribir un libro entero de agradecimientos

Román Romero

diariodeburgos.es