Quiero despedirme de la que ha sido mi casa dando las gracias a todos los medios de comunicación por el trato que han tenido conmigo, ya que siempre han sido educados y de apoyo incondicional. Y a la Fiebre Amarilla, soy consciente que los entrenadores somos una especie extraña, pero ellos siempre han sido un ejemplo de cómo se tiene que estar al lado de un entrenador en los malos y en los buenos momentos. Hoy es un día muy triste para mí, se cierra una etapa de tres años, en que por encima de todo he sido feliz con mi trabajo y con la gente que he conocido. Todo empezó un 1 de diciembre del 2005, Luis y Pedro Martínez decidían apostar por mí con unas premisas muy claras: teníamos que crear una estructura de cantera empezando por la escuela de baloncesto para llegar a tener cinco jugadoras aragonesas en el primer equipo para que el club fuera económicamente viable. Curiosamente, esta viabilidad económica es la que no me permite continuar, el primer sitio donde se ahorra es en el cargo de entrenador. Se que ha sido una decisión difícil para la junta directiva y quiero que sepan que la entiendo y respeto. Una junta a la que le deseo mucha suerte y espero que sean capaces de sacar a flote este barco, porque se lo merecen, porque las jugadoras aragonesas se lo merecen y el baloncesto aragonés y español lo necesita. Puedo considerarme feliz porque gracias al trabajo de mucha gente estos objetivos han sido prácticamente logrados. Se tiene que hacer una mención especial a Lourdes, José David y José Antonio que junto a los entrenadores de cantera han tenido una dedicación excepcional con unos resultados más que buenos. También me gustaría tener una mención especial por los padres de la cantera y sus hijas, incluso en momentos difíciles han tenido fidelidad al club y al trabajo, que hace ver que Helios-Mann Filter es algo más que una vinculación deportiva. Pero no hubiese podido estar tres años lejos de mi familia si no llega a ser por amigos como Mora, Manolo, Abarca, Carlos Pérez y Chemi. Ellos por encima de colaboradores y ayudantes han sido amigos, aliados que han hecho trizas el mito de `la soledad del entrenador'. Gracias a todo mi cuerpo técnico, por desvivirse por el equipo. Un equipo, o mejor dicho tres equipos, que siempre han estado EQUIPOS en mayúsculas. A Paula y Paola por la ayuda, Cris y Naiara por la ilusión, Estela por su entrega e Isa por creer que podía ser posible llegar al primer equipo. Al resto de jugadoras que por aquí han pasado darles las gracias por que creyeron que valía la pena jugar en este EQUIPO. A los aficionados porque no olvidaré su cariño. Jamás borraré de la memoria el caramelo que me regaló una niña del público cuando nació mi hijo o el abrazo que me dio un aficionado en medio de la calle el día después de salvar la categoría, a todos ellos solo decirles que gracias por abrirme su ciudad y cultura. Pero no puedo irme sin dar las gracias a mi `padrino' Luís. Él no ha sido un presidente, ni tan solo un amigo, ha sido parte de mi familia. Nunca me imaginé que un `jefe' me pudiese dar todo lo que Luis me ha dado, esas mañanas de trabajo codo con codo, las risas en los momentos de más presión, las conversaciones telefónicas del último mes en que nos intentábamos animar mutuamente. Gracias Luis por hacer posible que viviera este sueño. Muchas gracias a todos, me niego a decir adiós ya que deseo que esto sólo sea un hasta luego Joan Albert Cuadrat diarioequipo.com |