Isma Cantó (Llíria, 1952) ha dado un paso más en su ya dilatada y fiel carrera. Ha fichado por primera vez por un club que tiene máximas aspiraciones, obligación de luchar por todo, y lo ha hecho sólo por una temporada.

Carme Lluveras, como a ella le gusta que le digan general-manager de la entidad, siempre dice que en el Ros Casares debe robar las jugadoras a otros clubes para poder ficharlas. Con Isma Cantó cuenta que no lo ha hurtado pero sí ha tenido que liarle para que aceptase el puesto. El entrenador asiente con el verbo usado por la catalana y apunta: "Me pillaron un poco descolocado cuando vinieron y me mostraron su interés por ficharme".

La temporalidad es una de las cosas que más pronto saltan a la vista en esta nueva relación. Un entrenador que llega después de estar doce años en Gandia se compromete por un único ejercicio con su nuevo club: "No puse exigencias. No soy un entendido del baloncesto femenino y tengo que demostrar que estoy al nivel de un club como el Ros. Entonces podré estar más de un año", dijo ayer en su puesta de largo como primer entrenador de un equipo femenino.

Otro de los saltos que ha dado el de Llíria es pasar de dirigir a jugadores de perfil bajo dentro del negocio a hacerlo con verdaderas estrellas. De un equipo discreto de la LEB a estar en una entidad en la que deberá entrenar a algunas de las mejores jugadoras del mundo: "No creo que esto sea un handicap para mí. Manejar un grupo no tiene que ser más fácil o difícil por los nombres que tienes en la plantilla".

En la presentación estuvo precedido y respaldado por Carme Lluveras. Cuando se le preguntó a Cantó por si notaba diferencias entre dirigir a hombres y a mujeres el técnico espetó: "Hay aspectos psicológicos diferentes entre hombres y mujeres y ése será el handicap más importante pero tengo tres o cuatro meses para dominar este mundo". Lluveras, rauda como una pantera, se afanó en puntualizar: "No hay entrenadores de hombres y de mujeres, hay entrenadores de baloncesto e Isma Cantó es uno de los mejores".

Lluveras ya tiene el equipo de esta temporada cerrado, así que Cantó no va a poder elegir jugadoras. El técnico, en su línea habitual de honradez, acotaba: "no iré dentro de cuatro meses a protestar por lo que me han fichado. Es justo que ella haga el equipo porque conoce muy bien este mundo del baloncesto femenino". Y expresó el edetano: "La plantilla me agrada para hacer el tipo de baloncesto que a mí me gusta. Tengo a algunas de las mejores jugadoras del mundo. Me apetece este reto".