Y que la cabeza de las jugadoras ya está más en Logroño que en el final de la fase regular quedó patente en el encuentro de este sábado. Casi quince minutos tardaron las de Javi Muñoz en percatarse de que había partido. El primer cuarto fue un despropósito total. Dos equipos lanzados a campo contrario sin orden ni concierto. En total, casi cuatro minutos para que se inaugurara el marcador, que por cierto lo hicieron las asturianas. A los seis minutos, el técnico local ya había cambiado a todo el quinteto inicial aunque la tónica fue la misma hasta el final del primer cuarto (12-8).

De todas formas, el Universidad de Oviedo no dejó malas sensaciones. Es un equipo trabajado, con las ideas claras, pero con una evidente inferioridad física y de efectivos que hacen imposible la competitividad ante un rival como el Ensino.